(Oído en radio, visto en TV) Fernando Ónega (Onda Cero): "Si se trata de abrir el debate del gran retraso en la jubilación, hay que decirlo con más transparencia y claridad"

En Onda Cero, Fernando Ónega reflexionaba en 'Más de uno' sobre la propuesta del ministro Escrivá de abogar por una labor didáctica para que las empresas sigan contando con trabajadores de entre 55 y 75 años adecuando su puesto de trabajo: "Si fuese solo una cuestión de didáctica o cultural, como él dice, lo de Escrivá sería una revolución a largo plazo. La cultura de una sociedad no se cambia por decreto ni por la voluntad de un Gobierno. Por lo tanto, si el ministro quiere esa baza, la plantea por pura necesidad. Y la necesidad en las pensiones se mide por los más de 18.000 millones de déficit anual del sistema que debe asumir el Estado. Y entendida así la sugerencia de Escrivá, hay que hacerle un ruego: sea usted más claro, señor ministro.

No se entiende eso de trabajar más de los 55 a los 75. ¿Es más intensidad, más horas semanales o más años en activo? ¿Es una propuesta para que se aproveche mejor la experiencia de los mayores? ¿Es una llamada a que no tengan tantas dificultades en el mercado laboral las personas que llegan a esa edad y ahora mismo son marginadas? ¿O está proponiendo retrasar la jubilación hasta los 75? Me temo que mucha gente entienda esto último, con lo cual ha sembrado la semilla del miedo.

Dejo para otro día el impacto entre los jóvenes, porque, aunque el señor Escrivá se preocupa de advertir que no afectaría al empleo juvenil, ese miedo está ahí, tal como denunció Íñigo Errejón. Pero eso hoy no toca todavía. Lo que toca, a mi juicio, es explicar qué se pretende; qué hay exactamente en la cabeza de José Luis Escrivá y del Gobierno. Porque, si se trata de abrir el debate del gran retraso en la jubilación, hay que decirlo con más transparencia y claridad".

En la COPE, Carlos Herrera opinaba: "Y luego, había un tercer botellón, que era el comunista en Rivas Vaciamadrid, la fiesta del PC, el PC que encabeza esta acémila llamada Enrique de Santiago, este que dijo en el 2019 haría con el Rey lo mismo que Lenin hizo con el Zar. Pues allí una vicepresidenta segunda del Gobierno Yolanda Díaz proclamándose comunista; hablamos de una ideología genocida, empobrecedora, sancionada y que en Alemania, miren, han aislado al comunismo, el Podemos de Alemania pinta menos que Sánchez en la Casa Blanca, aquí lo hacemos socio del gobierno y nos conformamos con que el vicepresidente comunista sea en lugar de un “desgarra mantas” como Iglesias, igual de comunistas con las mismas ideas, pero eso sí que hable más bajo y se arregle mucho. El botellón comunista, insólito en cualquier rincón de Europa. Además Pablito Iglesias abucheado por los suyos. Él iba a ver si conserva algo de tirón, a ver si le perdonaban el empadronamiento en Galapagar y se encontró con la realidad, que hasta los propios ya le tienen como un farsante. Es lo que tienen los comunistas que cuando pueden se quedan con tu dinero y se construyen una dacha”.

En Onda Cero, Carlos Alsina reflexionaba: "El expatriado se puso el viernes el traje de mártir de la causa y predicó a sus fieles lo deseoso que está Pedro Sánchez que anularlo como presencia engorrosa en el tablero catalán que ha diseñado a pachas con Oriol Junqueras. No le falta razón a Puigdemont en que tanto el PSOE como Esquerra suspiran por reducirlo a una anécdota, pero de ahí a pretender que Sánchez ande pendiente de sus vuelos para avisar a la policía italiana y que lo detengan va un trecho.

En socorro del presidente legítimo de Cataluña, como le llama su corte, acudió el viernes el presidente de verdad de Cataluña, Pere Aragonés, a proclamar lo reprobable que es que el Estado español persiga a esta dulce criatura. Debe de resultar incomodísimo para Pere sentarse a hablar con el presidente del Gobierno opresor, señor Sánchez, pero él lo disimula de cine".

En la SER, Ángels Barceló decía: "Este fin de semana y tras la detención de Puigdemont en Cerdeña, hemos tenido claros ejemplos de cómo es la política en España: empeñada en hacer creer a muchos que lo imposible está en manos de quien gobierna. Pere Aragonès, president de la Generalitat, y sometido todavía al efecto Puigdemont, pide la libertad completa para el expresident, aún sabiendo que esto es una cuestión judicial, con un proceso en marcha que tiene su curso. Aragonès lo sabe, pero pide la libertad completa y si no se la dan, ya tiene el argumento para seguir hablando de la fábula de la represión.

Y luego, con el mismo terma, está Pablo Casado que el sábado le exigía a Pedro Sánchez que hiciera todo lo posible para que Puigdemont fuera entregado a España. Exactamente, ¿qué es lo que tenía que hacer el presidente del Gobierno? ¿Interferir en la acción de la justicia? ¿Invadir Italia? ¿Abrir un conflicto diplomático?

Las palabras tanto de Aragonès como de Casado son un auténtico peligro porque dan a entender que no hay reglas de juego, que si el Gobierno no hace lo que ellos sugieren es porque no quiere y no porque, afortunadamente, en democracia el marco de cada uno de los poderes está bien delimitado".

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: "¿En qué situación de orfandad nos quedamos los europeos y, por tanto, los españoles, con la retirada de Merkel?

¿Qué fuel del volcán de Cumbre Vieja? No sé si me explico.

Esta no es mía, se la hiciste tú a Elsa Artadi, portavoz de Puigdemont.

'La España que madruga' ha enviado a Rafa Latorre a la fiesta del PCE porque se celebraba el centenario del partido. ¿Qué es lo que realmente tiene que festejar el comunismo?

Y no nos gustan los escraches, pero ¿podéis entender que los comunistas genuinos entiendan que a lo mejor, a lo mejor, Iglesias ya no es uno de ellos?".

En RNE, el director de la Fundación para la Ciencia y la Política, Gunthër Maihold, cree que la CDU va a ejercer una fuerte presión en las negociaciones para formar gobierno en Alemania para no perder el poder. "Los democristianos alemanes viven y se definen desde la función gubernamental, así que van a estar dispuestos a sacrificar mucho para mantenerse en el Gobierno".

Pese a todo, Maihold cree que antes de final de año habrá gobierno porque "ningún partido quiere volver a dar la imagen internacional de que Alemania no es capaz de ponerse de acuerdo", ha explicado.