El alto representante de la UE para la Política Exterior, Josep Borrell, ha vaticinado que los próximos 15 días van a ser decisivos en la guerra en Ucrania, aunque todo dependerá de la resistencia de los ucranianos. "Todo se va a decidir en los próximos 15 días", ha subrayado en una entrevista en TVE.
Borrell ha explicado que "no será cosa de 48 horas" que acabe la guerra, pero todo dependerá de la resistencia ucraniana "que puede durar lo que puede durar". Por ello, ha defendido en que es importante "ayudando" a Ucrania enviándole más armamento.
Sobre un posible alto el fuego, Borrell se ha mostrado convencido de que Rusia no tiene interés por ahora en negociarlo porque su ejército no ha alcanzado los objetivos militares que se había fijado.
"Rusia no quiere sentarse y negociar cualquier cosa. Quiere ocupar terreno, rodear la costa hasta la frontera con Moldavia, aislar a Ucrania del mar. Y quiere ir a negociar en serio cuando consiga una posición de fuerza para negociar", ha sostenido. Además, a su juicio, "no es fácil negociar un alto el fuego cuando alguien quiere seguir la guerra", por lo que espera que Rusia "patine tanto, que no pueda seguir".
Preguntado por si la Unión Europea puede imponer nuevas sanciones a Rusia, Borrell ha admitido que están "sobre la mesa". "Tenemos preparadas más sanciones a tomar, pero dependerán de lo que decidan los líderes de los 27", ha explicado.
Borrell ha lamentado que cuando la adhesión de Crimea en 2014, Europa no tomara medidas y actuara con "ingenuidad" e "indeterminación" con el presidente ruso, Vladímir Putin, y por contra, siguiera "aumentando la dependencia energética" de Rusia, porque ahora se ha convertido en "un arma coercitiva". Según el dirigente europeo, la crisis actual es algo "que se veía venir". "Yo llevo dos años avisando de que Europa estaba en peligro", ha añadido.
Por otro lado, sobre la petición de Ucrania de cerrar el espacio aéreo, el alto comisionado de la UE para la Política Exterior ha subrayado que para que eso ocurra, se tendría que "empezar a derribar aviones rusos" y que automáticamente supondría la entrada en la guerra, algo que la OTAN ha descartado por completo.