El Gobierno y las autonomías han aplazado la aprobación del toque de queda en España a la espera de un dictamen jurídico para dar el paso.
Y ayer Vox perdió la moción de censura al Gobierno de Pedro Sánchez con sus 52 votos a favor y 292 en contra.
Radio y tele
El Gobierno y las autonomías han aplazado la aprobación del toque de queda en España a la espera de un dictamen jurídico para dar el paso.
Y ayer Vox perdió la moción de censura al Gobierno de Pedro Sánchez con sus 52 votos a favor y 292 en contra.
En TVE, la diputada de Vox, Macarena Olona, ha dicho: "Vox va a responder no al discurso del señor Casado, sino a todos lo que ha acontecido durante estas dos largas e intensas sesiones de debate de la moción de censura como siempre hace. Y es estando al lado de los españoles y defendiendo a España. Si algo se ha evidenciado después de esos debates y del resultado de la moción de censura es lo que nosotros ya sabíamos pero que ahora es consciente toda España: Vox está solo. Y lo decimos con mucho orgullo. Estamos solos en la defensa de los españoles. Y si algo podemos decir con mucha satisfacción es que desde luego ha servido esta moción de censura para trasladar a los españoles una esperanza de que hay alternativa, de que hay una oposición que no es contemplativa".
En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “¿Podría decirse que la moción de censura de Abascal a Sánchez terminó convirtiéndose en la moción de censura de Casado a Abascal?
¿Hasta dónde puede alcanzar las represalias de este cisma y cuanto pueden resentirse los pactos autonómicos y regionales? El tono conciliador, como es él, Espinosa de los Monteros evocaba ayer un pasaje del Apocalipsis.
Mi impresión es que Casado protagonizó un discurso magnífico, pero ¿cuánto deberían preocuparle los elogios de Lastra, de Echenique y hasta de Rufián?
¿O no es acaso Sánchez el gran beneficiado del cisma de las derechas?
Y no solo Sánchez. Abascal ha perdido la moción aparatosamente, ¿pero no era su objetivo precisamente quedarse solo blandiendo la bandera del antisanchismo y pudiéndole reprochar a Casado el estigma de la derechita cobarde?
¿Por qué aplaudían Echenique y Lastra el momento en que Sánchez anunciaba la retirada de la cacicada judicial? Ellos la redactaron. E impresiona la naturalidad con que Pedro Sánchez convierte la rectificación en una victoria. Y no porque quisiera rectificar, sino porque Europa le ha obligado a hacerlo.
Sánchez se encuentra mañana con Francisco. ¿Le contará sus planes con la educación concertada, la reforma que permite a las menores abortar sin permiso de los padres o hablarán de la eutanasia?”.
En la COPE, Carlos Herrera comentaba: "Miren, Vox no va a romper o, al menos, eso ha dicho los Gobiernos que sustenta en Andalucía, Madrid y Murcia, pero, desde luego, va a hacer mucho más difícil la gobernación porque ahora se va a mirar con lupa cada papel. Y los votantes de Vox, que son de perfil muy cafetero, no van a desaparecer así con un toque de queda a las 00:00. Ahora, Vox tampoco puede romper con el PP tan ricamente, no podrá encarecer el apoyo, pero no puede entregar esas autonomías a la izquierda, es decir, en resumen, la moción de censura al final fue de Casado a Abascal y consiguió, además, darle una excusa perfecta a Pedro Sánchez para que Pedro Sánchez levantara la patita de donde la había metido, eso de intervenir la Justicia, que le había costado hasta reproches del Consejo de Europeo.
El último, que la Comisión Europea llamase a la ministra de Exteriores para pedirle explicaciones sobre algo que en Europa es pecado capital. Y dijo: “Ah, bueno, no se preocupen, pues yo acepto parar el reloj del asalto al Poder Judicial y todas estas cosas que...” Todo lo dicho en boca de Pedro Sánchez corre el peligro de ser absolutamente mentira. Ya lo veremos y hasta qué punto es sincero en esas cosa".
En Onda Cero, Carlos Alsina opinaba: “El presidente, que hábil ya tiene demostrado que es, se guardaba la noticia de que retira su plan para cambiar las reglas de elección del CGPJ. Lo llamó parar el reloj pero, en realidad, es la retirada de la reforma legal que sólo ha merecido el entusiasmo de medio gobierno y de algún diario afín. Un soberano patinazo. Que el mismo presidente que anteayer consideraba urgente, acuciante, poner en marcha el reloj de la democracia (entiéndase, desbloquear la renovación del Consejo por la vía expeditiva de tirar la puerta abajo) hoy predica la bondad de parar ese mismo reloj para dar tiempo al PP a que reconsidere su postura y se avenga a consumar, como toda la vida, el intercambio de cromos. El más puro estilo Sánchez. Cómo salir airoso del enganchón fingiendo que es él quien ha indultado al toro”.
En Onda Cero, Fernando Ónega decía: “La estrella estaba ahí. Pero le faltaba el discurso. Los discursos hacen presidentes y líderes. Y en esos discursos, tres palabras bastan. Así llegó Obama al poder: ‘Yes, we can’. Felipe González, con ‘que España funcione’. Aznar, con un ‘Váyase, señor González’. Y ahora, Casado con su ‘hasta aquí llegamos’. La estrella estaba oculta entre nubarrones de complejos, destellos de Vox que cegaban su visión y electorado que no lo veía. Y resulta que era una estrella brillante, como le reconoció Pablo Iglesias.
Tuvo que estallar de cabreo para romper el cerco. La palabra cabreo es la clave de estos días de la ascensión. Abascal fue al Congreso a explotar ese estado de ánimo de la sociedad, Casado reventó por el cabreo de verse asediado y el riesgo de quedar como un muñeco entre el poderío de Sánchez y la osadía el censurador. Y produjo el milagro: ¡coño, que tenemos líder!, se oía en los aplausos de la bancada. ¡Leñe, que no estamos huérfanos!, respiraron los barones. Y la opinión publicada, que tiene el poder papal de elevar a los altares y el poder divino que enviar gente a los infiernos, echó mano de los Evangelios para decir esta mañana, como Dios Padre: “este es el líder muy amado en quien tengo mis complacencias”. Casado pasó en media hora, qué digo, en cinco minutos, de la duda y la zozobra a la glorificación. Estaba ahí, pero no se le veía. Un discurso hace milagros. Una frase hace un líder. Una palabra, la palabra, es su consagración”.
En la SER, José María Izquierdo afirmaba: “Nada, nada, no se priven ustedes de aplaudir al pimpollo Casado, y gozosos, elevar los brazos al cielo para saludar a este renacido gran líder, el hombre nuevo de la derecha europea y moderada que España, tan angustiada, necesitaba con urgencia.
Pero como se preguntarán ustedes, ¿el Ojo no se suma, eufórico, al advenimiento de esta refulgente estrella del firmamento político? Pues miren ustedes: para nada. Porque el Ojo, vetusto y resabiado, no ve por ahora más que la batallita entre los dos señoritos de la gran derecha para lograr la victoria en su lucha intestina, que el líder del PP ha visto demasiado cerca al desaforado Abascal. Tú, ahí, ni se te ocurra acercarte, ha venido a decirle.
Pero no hay razón alguna, por el momento, para pensar que el pimpollo vaya a moderar su postura de oposición feroz y desleal. Afirma muy digno que hasta aquí hemos llegado, pero sigue gobernando con ellos en Madrid o Andalucía, suplicando sus votos. No toquen campana alguna, hasta comprobar cuánto hay de mona y cuánto de seda”.
En RNE, el presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, ha confirmado que espera que "a lo largo del día de hoy" esté listo el informe jurídico para poder aplicar el confinamiento domiciliario nocturno "para que la semana que viene pueda entrar en vigor". "Nos hubiera gustado que [el confinamiento domiciliario nocturno] fuera para toda España y con carácter inmediato, pero hay comunidades reticentes y el Gobierno está estudiando la cuestión". "Las hospitalizaciones están creciendo. Aunque la presión hospitalaria es aún asumible, pero si seguimos así va a ser muy complicado, por tanto hay que actuar en prevención".
En la COPE, el economista José María Gay de Liébana apuntaba: “Por más que digamos que la esperanza es lo último que se pierde, el baño de agua helada que está recibiendo la economía española y el desastre que se cierne sobre demasiadas empresas, es de envergadura. Movilidad restringida, semi o pseudo confinamiento, cierres de establecimientos decretados por las autoridades…, llevan a la guillotina a un sinfín de negocios y empleos que producen la mitad del PIB de España. La agonía económica va para largo. Esta semana, empresas y autónomos tenían que liquidar primaverales moratorias de impuestos. Hay crac de liquidez y la solvencia ya rechina. Muchas empresas no pueden pagar tales aplazamientos, al no funcionar y sin ingresos. La trampa de aplazar pagos de impuestos, que no exonerar, atrapa a empresas y autónomos cuyo final se acerca. Los créditos ICO, con infinidad de empresas, desangrándose, son una encerrona que las sentencia.
La gran diferencia de España con otros países de nuestro entorno es que éstos han auxiliado a su tejido empresarial dándole dinero y exonerando impuestos. Aquí, nada de nada, solo moratorias que engordan la bola de deuda y conducen al corredor de la muerte. En ese baño de cruel realidad, con la industria turística perdiendo 106.000 millones de euros y sufriendo una caída de la facturación del 70%, pueden desaparecer 750.000 empleos antes de fin de año. Algunas cadenas hoteleras ya se dejan de falsas promesas de recuperación para 2021 y deciden echar el cierre hasta por lo menos el año 2022. En Barcelona el 70% de los hoteles están cerrados y la incertidumbre es tal que dudan sobre su reapertura en los próximos años. El infierno de 2020 será apocalíptico, con días cortos y noches largas por el cambio de hora. ¡Ah, y la deuda pública suma 1.298.736 millones de euros, 117% del PIB previsto en 2020!”.