(Oído en radio, visto en TV) Nadia Calviño (RNE): "Una bajada generalizada de impuestos no arreglaría la inflación y obligaría a recortar los servicios públicos"

En RNE, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, ha dicho: "Una bajada generalizada de impuestos sería como echar gasolina al fuego en este momento. No arreglaría la inflación y obligaría a recortar los servicios públicos". "Tengo la sensación de el Gobierno es el único que tiene interés en sacar el país adelante".

"Estamos siguiendo muy de cerca lo que está pasando en el mercado de los carburantes y en el eléctrico. Llamo a la responsabilidad de las empresas energéticas".

"La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia está investigando cualquier posible conducta que pueda estar frenando la bajada de precios".

En la SER, el portavoz de ERC Gabriel Rufián ha dicho: "Lo que está pasando no pone en riesgo la legislatura, pone en riesgo la democracia". “Lo que está pasando pone el riesgo la democracia más allá la legislatura” .“¿Cómo es posible que el teléfono del presidente, quizás el más protegido de España, y el de la señora Robles hayan sido pinchados? Esto no va de independentistas”. "Soy consciente que por las ideas que represento es evidente que me espían, me han espiado y me espiarán".

"Si Paz Esteban entrega pruebas de que hace tres o cuatro años ha habido una autorización judicial para pincharle el teléfono a 60 y pico personas porque eran independentistas pues es un problema".

Rufián ha reclamado explicaciones a Esteban acerca de cómo es posible que el teléfono del presidente del Gobierno haya sido espiado. "Solo hay dos posibilidades, o Marruecos o el CNI, y creo que eso es lo que tiene que explicar la directora del CNI", ha señalado.

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: "Bolaños y Margarita siguen a tortas por la brecha de seguridad aireada en rueda de prensa, y con urgencia, el lunes por la mañana. Y el presidente, calla. Mientras su gabinete se autodestruye, del presidente no se sabe nada. Como para esperar que funcione como un órgano colegiado.

Este Gobierno actúa como el ejército de Pancho Villa, que diría García. Cada uno hace la guerra por su cuenta pero todos disparando hacia dentro.

Un Gobierno de coalición, presidente, no es esto. No es esto, no es esto. Esto es una coalición en proceso de descomposición acelerada. El Gobierno, presidente, se le está pudriendo".

En la COPE, Sergio Barbosa destacaba: "Paz Esteban lleva 40 años trabajando en la casa y podría ser 'La jefa de los espías', si lo llamamos en modo peliculero. Es tan discreta que la mayoría de los españoles no la reconocerían en la cola del supermercado o si escucharan su voz. En 2020, cuando fue nombrada por el Gobierno, se proponía darle un nuevo impulso al organismo. Tras asumir el cargo, daba las gracias a Robles y Sánchez, sin tener ni idea del giro que iban a dar los acontecimientos". (...)

"Las mentiras y la utilización de según que asuntos para hacer política puede llevar a que los ministros socialistas choquen entre sí. Robles también dejó claro que el CNI no es el único responsable de los móviles, sino que Bolaños era el responsable de la seguridad de esos móviles cuando era secretario general de presidencia. El CNI es el último organismo que el sanchismo manosea y destroza con su objetivo de mantenerse en el poder".

En Onda Cero, Fernando Ónega reflexionaba en 'Más de uno' sobre cómo el Gobierno eclipsa las buenas noticias como los datos del paro con la guerra interna debido al caso Pegasus: "Qué pena que hoy no esté aquí la ministra portavoz, porque sería una magnífica pregunta para ella. Y ella te pondría responder al revés, a la gallega, con otra pregunta. Algo así: le pregunto a Alsina si los medios informativos se han propuesto ocultar las buenas noticias que hay en el país.

Porque mire los periódicos de hoy: el espionaje sigue dominando los grandes titulares, y al récord de contratos indefinidos y los veinte millones de cotizantes le dejan un rinconcito, con menos espacio que a la victoria del Real Madrid.

Pero, ya que Isabel Rodríguez no está ni se la espera, te diré que a veces parece que el Gobierno, efectivamente, administra fatal la agenda informativa, si es que la tiene. No se puede enviar a la ministra de Defensa al Congreso con el asunto que quema las manos el mismo día que se hablará de milagro en el empleo, porque eso se sabía desde hace dos semanas, cuando Escrivá lo anunció.

Y hecha esa crítica tan menor, añado que la realidad no es mala: si la vorágine pasa a segundo plano las buenas noticias, es que las buenas noticias existen. Aparecen en un rincón de las portadas, pero existen. Y vete tú a saber, querido Alsina: quizá no sea tan torpe.

Si los espionajes no dominaran el paisaje, quizá habría que desmenuzar la estadística y airear cuanto empleo fijo es a tiempo parcial o fijo discontinuo. Así nos quedamos en el canto triunfal de la vicepresidenta Díaz, en la proclamación de récord y otras alegrías. Tampoco está mal".

En la SER, Najat El Hachmi ha dicho: "Se emite estos días un colorido anuncio de promoción del turismo en Marruecos para atraer los visitantes perdidos con la pandemia. Ojalá que la realidad se pareciera a la orientalista estampa que arrojan las imágenes difundidas. Bueno, tal vez los turistas sí que puedan disfrutar de ese estimulante país y regresen maravillados por lo moderno y tolerante que es mi tierra de nacimiento.

Al fin y al cabo, ellos podrán llevar una vida casi normal: podrán compartir dormitorio con quien quieran sin tener que mostrar papel alguno, acompañar su tayín con un buen vino (incluso uno marroquí) o tomarse la copa en bulliciosas discotecas. Si viajan por Ramadán, podrán comer y beber a plena luz del día sin que nadie les diga nada.

Estos privilegios no están al alcance de quienes viven siempre en territorio magrebí y hayan nacido musulmanes: ellos estarán sujetos a las leyes que les impiden, por ejemplo, compartir lecho si no es con un certificado de matrimonio. Lo último en cuanto a la aplicación de normas legales absurdas y anacrónicas lo vimos la semana pasada: unos cincuenta jóvenes fueron detenidos en Casablanca por comer y beber. Los pillaron infraganti con botellas de agua, bocadillos, patatas fritas y cafés. Más les hubiera valido llevar unos gramos de coca, de la que el Corán no dice nada.

Y como no podía ser de otro modo, las mujeres tuvieron un plus especial: dos de ellas denunciaron haber sido registradas para comprobar si tenían la regla, uno de los supuestos en los que no es obligatorio ayunar. Es lo que tiene legislar sobre la intimidad: que el estado, aquí mahzen, se te acaba metiendo en las bragas".