Resumen de tertulias y entrevistas en radio y TV (13/09/2019)

La ministra de Defensa en funciones, Margarita Robles, ha transmitido en Las mañanas de RNE con Íñigo Alfonso el cariño a toda la gente que lo está pasando mal por la gota fría. Robles envía un mensaje de confianza. Asegura que "la UME se trasladó en el mismo momento en el que las comunidades lo solicitaron" y defiende la "eficacia y discreción" del trabajo de los militares. La ministra argumenta que "está todo preparado para dar una respuesta máxima".

En la SER, la ministra de Hacienda María Jesús Montero, ha dicho: “Siempre que alguien venga con la actitud de llegar a algún acuerdo, vamos a tener la mano tendida". "Hemos venido expresando que constatamos que tenemos dos ideas de Gobierno muy distintas. Nosotros queremos estabilidad". "Ya avisamos a Unidas Podemos que el momento del Gobierno de coalición era ese. Nos gustaría que Unidas Podemos dejara explorar otros caminos además del de la coalición". "No estamos pidiendo que el PP apoye, sino que la derecha que se comporte como el PSOE con el señor Rajoy".

En Onda Cero, Fernando Ónega decía: “Después de la encuesta del CIS que dice que la política provoca desconfianza, indiferencia e irritación a la mayoría de los españoles, mucho más no se puede dañar la imagen de los políticos. Así que la cuestión se reduce a si daña a Pablo Iglesias por andar así, a la desesperada, o a Pedro Sánchez por la contundente negativa.

Eso de entrar en el gobierno a prueba, como unos becarios en busca de ministerios temporales y precarios, es tan generoso que roza la súplica y está en el borde de la humillación. Es el aprendiz de torero que busca una oportunidad. Es el padre que pide un empleo para su hijo, aunque sea sin cobrar. Es lo más insólito que hemos visto y veremos.

Pero tiene un problema: Sánchez huye de la coalición como de la gota fría. La coalición temporal le parece una coña. Tiene tanto miedo a abrir la puerta del poder a Podemos como a echarlos después. Piensa que una vez dentro no habrá forma de echarlos. No se fía de Podemos y punto. Con lo cual, entiendo que todas las naves quedan quemadas a cuatro días de las consultas del Rey y, si quedaba alguna duda, vienen elecciones.

No puedo decir definitivamente, porque esa palabra no existe en política, pero con máxima certeza. La solución es la que apuntó Núñez Feijóo ayer en este programa: gran coalición PSOE-PP. Pero ya es tarde, falta voluntad y sospecho que Sánchez, ante la palabra coalición, grande o pequeña, pide agua bendita y dice lo del santo: vade retro, Satán".

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba su preguntas: “¿No es mala suerte, muy mala suerte, que Iglesias llamara a Sánchez justo cuando el presidente estaba haciéndose las fotos para el cartel electoral?

¿Y quién ha fingido más, Iglesias con una propuesta absurda, o Sánchez queriéndonos convencer de que ha hecho lo posible para evitar los nuevos comicios?

¿Cómo interpretarán los votantes de izquierdas el desencuentro? ¿Castigando a Iglesias, castigando a Sánchez o castigando a los dos con la desmovilización y la abstención?

¿Y no sería esta la gran oportunidad de la derecha si no fuera porque la derecha está más dividida que la izquierda?

Tezanos asegura a Sánchez que el PSOE tendrá más votos que PP, Ciudadanos y Vox juntos. ¿Cómo no va a convocar elecciones anticipadas? Y porque no puede anticiparlas a mañana.

Ahora bien, qué valor tiene este sondeo del CIS cuando la encuesta es conmemorativa porque se realizó hace dos meses, o sea, antes incluso que la investidura fallida.

Núñez Feijóo sugiere en este programa de éxito que el PP se abstenga para facilitar la investidura de Sánchez. ¿Es un ejercicio de patriotismo o un desafío a Casado? Bien mirado, las hipótesis son compatibles”.

En la SER, José María Izquierdo comentaba: “No andan las valoraciones sobre los políticos entre la ciudadanía como para andarse con bromitas. Cansados, muy cansados, los espectadores apenas si aguantan las fricciones serias entre partidos, pero ya, después de tantos meses de discusiones vanas, no les cabe una frivolidad más.

No acaba de entender Pablo Iglesias que las ocurrencias de último momento apestan a improvisación final y tienen un tufo insoportable a chocarrerías de barra de bar. Aquel estrambote de las políticas activas de empleo en el último debate de julio parecía insuperable, pero esta oferta de gobierno a prueba roza, el Ojo siente decirlo así de crudo, la gamberrada.

¿Nos ponemos a jugar unos meses con cuarenta millones de habitantes, y si no estamos contentos -nosotros, no los ciudadanos- ensayamos otra cosita? Desprende tal desconfianza en el otro la fórmula, que mejor ni considerarla.

Debería saber Iglesias, que todos los ministros, sean del PSOE, de Podemos o independientes, siempre, siempre, están a prueba. Pero es el presidente, y solo el presidente, quién dice éste sigue y aquella se va. Basta ya de despropósitos”.

En la COPE, Nicolás Redondo comentaba: “Lo que podemos hacer, teniendo en cuenta cómo nos atrae esa pequeñez de la política, es intentar evitarla y no caer en ella”. “Hoy por hoy, si no hay una estrategia filibustera de Pablo Iglesias, lo más razonable es que vayamos a elecciones. Es lo mejor para el país”. “Un Gobierno del PSOE con Podemos sería una barbaridad porque ese maridaje no da mayoría y tendrían que tener al PNV, tendría que abstenerse ERC  -que vamos a tener la sentencia dentro de cuatro días-, llegados a estas circunstancias, lo único posible y razonable son unas nuevas elecciones que pongan a cada cual en su sitio”. “Se le ha visto al líder del PP, cosa que creo que le ennoblece, desasosegado con la situación en la que estamos”. “Lo mejor, como no se ha llegado a nada, es que vayamos a unas elecciones con todos los datos y los ciudadanos castiguen a quien tengan que castigar”.

En la COPE, Carlos Herrera opinaba: “Miren, ahora la pregunta es: ¿Puede pasar algo en estos días? Porque ayer lo intentó Pablo Iglesias diciéndole a Sánchez: “Venga, va, me arrastro un poco más. Un año nada más de gobierno y si no sale bien yo me voy, nos vamos, nos quitamos de en medio, etcétera, etcétera”. Y Sánchez le despreció una vez más, le humilló una vez más.

Claro, es que dicen: “Hombre, le ha dicho Tezanos a Sánchez que le va a votar hasta la familia Franco, todo el mundo, pues con razón quiere presentarse a las elecciones”. Bueno, bueno, hay algunos que también cerca de Sánchez le dicen que no se fíe tanto, que las abstenciones las carga el diablo y que, además, puede darse el caso, efectivamente, que progrese en voto pero siga necesitando a Podemos y entonces ya sí que no tenga más remedio que poner al otro, a su odiado Iglesias, en la Vicepresidencia y cerca de él.

Mire, él no quiere gobernar pactando, quiere que todos le rindan pleitesía con 123 diputados. Pues, adelante. Ahora, ¿hay tiempo o no hay tiempo para la negociación? ¿Sánchez se va a creer tanto a los que le aseguran que va a arrollar? ¿No hay de aquí hasta el martes la posibilidad de que Sánchez crea que tiene algo más o menos atado para poder presentarse a la investidura? Por cierto, que está haciendo lo que tanto le criticaron a Rajoy que hizo. Decir aquello de que sin apoyos no voy a la investidura. Está haciendo exactamente lo mismo”.