Radio y tele
Donald Trump instó al presidente de Ucrania a que investigara a Biden: "Cualquier cosa que puedas hacer, sería estupendo". La Casa Blanca publicó ayer la transcripción de la llamada que ha llevado a los demócratas a lanzar el impeachment.
Y en España, el comunista Íñigo Errejón acepta ser el candidato de Más País para ponerse "al servicio de un Gobierno progresista".
En la SER, Narciso Michavila, presidente de GAD3, se refería a la encuesta de ABC y los 9 escaños a Más País: "Ahora mismo la participación baja en todos los bloques. Curiosamente (Errejón) capta más votos del PSOE que de Unidas Podemos".
"El PSOE no se garantiza a mejorar resultados, sino que seguramente sufra en esta campaña".
"La posición de Rivera de no haber querido ni siquiera a escuchar al Presidente en funciones, lleva a su electorado a la abstención o al PSOE".
"Es evidente que vamos a un escenario más fragmentado".
"Nos sale que Más País tendría representación en Madrid, Barcelona, Sevilla, Valencia y Alicante".
En Onda Cero, Fernando Ónega afirmaba: “Lo de marca blanca del PSOE me parece mucho decir, pero todo depende del mensaje que llegue a los ciudadanos. Si se empieza enviando el mensaje de que Más País se presenta para poner sus votos al servicio de un gobierno progresista, corre un riesgo que supongo que Errejón habrá considerado. Ese riesgo es que confiesa vocación de ser bisagra, cuando un partido siempre tiene que aspirar directamente al poder.
El resto es negociación. Los partidos bisagra funcionan cuando valen para completar mayorías a derecha e izquierda y juegan con ese doble valor. Si solo quieren completar a uno de los bandos, en este caso el de la izquierda, se quedan en apéndices del partido mayor; es decir, del PSOE. Si, además, Más País y Errejón llegan precedidos por los elogios de Pedro Sánchez, la sospecha de connivencia es inevitable.
Y si ese es el mensaje que cala en la sociedad, cabe el riesgo de que la sociedad progresista vote al partido al que Más País viene a ayudar. Sobre todo, cuando la clave de esta campaña va a ser, está siendo, la busca del voto útil, que siempre castiga a los pequeños.
Por tanto, el primer asomo de objetivos de Errejón, siendo bien intencionado, incluso patriótico, nace con un pecado original: si votarlo a él es poner de entrada ese voto a disposición del PSOE, insisto: puede ser más útil votar al original. Nacer para entregar los votos a otro quizá sea una pequeña muestra de ingenuidad”.
En Onda Cero, Carlos Alsina señalaba: “Está a un paso Iglesias de llamar a Errejón niño bonito del Ibex, los bancos y las constructoras. La operación Chamartín es un plan urbanístico que fue bendecido por todos los grupos políticos del Ayuntamiento madrileño. Todos. Incluida Carmena Más Madrid.
Sotiene Iglesias que esto de Errejón él lo tenía ya descontado. Que a Íñigo la cosa madrileña le aburre porque lo suyo es trastear en la política nacional, el Congreso, las negociaciones, los pactos. Tampoco había que ser profesor de políticas para prever que esto acabaría pasando.
Es la noticia política del día: ¡que resulta que Iñigo Errejón se presenta a las elecciones generales con un partido nuevo, señora! Dices: si esto ya lo habían contado ustedes hace días. No. Habíamos contado que su partido, o su plataforma (o lo que sea), le pedía que se presentara, pero él aún no se había decidido (no qué va). Hasta ayer nos tuvo Íñigo, qué crueldad, con el alma en vilo”.
Ahora ya no tiene excusa Errejón. Ahora ya es él quien lidera un partido, quien decide la estrategia y quien se hace responsable de obtener una buena cosecha electoral. Y precisamente porque ahora es líder es él, ya no podrá abandonar el barco si las cosas no salen como él quiere. Éste es su barco, ¿cómo dice usted que se llama?...
…eso. Éste es su barco y ha llegado el momento de probar si sintoniza mejor con los españoles de izquierdas que el de su ex colega Pablo. Ya sabemos que Íñigo es más de definir su marca como transversal que como izquierdista y como regenerador que como peronista. Y es sabido que aquella afición que tenía Errejón, años atrás, a mencionar la Bolivia de Evo Morales, el Ecuador de Correa, la Venezuela de Chávez, como modelos de gobiernos comprometidos con la gente la abandonó cuando comprobó que al personal, aquí, le seducían bien poco”.
En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “A propósito de los CDR incendiarios, Torra se niega a vincular el independentismo al terrorismo. ¿Y el terrorismo al independentismo?
¿Terminará llamando Torra a esta muchachada incendiara como los chicos de la gasolina? Así era como Arzallus se refería ala kale borroka en los años más duros.
¿Si el presidente de la Generalitat aprueba tener en casa explosivos o programar un atentado, por qué los ciudadanos no van a atracar un banco, circular a 300 por hora o traficar con heroína?
¿A qué se va a dedicar Sánchez cuando exhumen a Franco? Cuidado que todavía hay un recurso al Constitucional. Muy gracioso: los familiares del dictador se amparan en la Constitución.
¿A qué se va a dedicar?, preguntamos. Pues a marcar distancias con Torra, a abominar del soberanismo y a enfatizar la campaña de la unidad territorial, aunque no creo que sea una estrategia electoral, malpensados, sino un servicio a la patria.
Iñigo Errejón, qué nervios, finalmente se presenta a las generales. Y con gran originalidad llama a su plataforma Más País. ¿No sería mejor llamarla Menos Iglesias? El logo podría ser un piolet. Ya sabéis, porque será un partido ecologista.
¿Estamos seguros de que Casado se expresó con esta franqueza en la noche electoral de abril?”.
En la SER, José Luis Sastre afirmaba: “La coincidencia no es lo mismo que la casualidad. Casualidad es que, sin que estuviera previsto, Íñigo Errejón y Pablo Iglesias tuvieran un acto, cada uno el suyo, en el mismo edificio, hasta que Errejón fue a otro sitio a presentar el primer partido que funda un fundador de Podemos.
La coincidencia se da cuando se producen varios fenómenos previstos pero a la vez. Por ejemplo, esta coincidencia de que, ahora que vuelve la campaña haya vuelto Catalunya a los discursos. A algunos discursos, decididos a subir el tono.
"No consentiré que se equipare independentismo con terrorismo", dijo Torra. Coincidiendo con ese pleno, a la vez que hablaba Quim Torra, intervenía Albert Rivera en Vic, frente al cuartel de la guardia civil.
Coincidieron en la hora, coincidieron en el tema. Difieren en todo lo demás. Ha hecho una encuesta Metroscopia y llega a la conclusión de que el suflé ha bajado en la sociedad: desde hace dos años que no hay tanta gente -son ya el 80%- que crea que el procés está en un mal momento. La encuesta habla, textualmente, de desinflamación en las calles y sin embargo, el tema se agita de nuevo en determinados discursos.
La portavoz de Ciudadanos llevó a la tribuna la foto del atentado de ETA en Vic. Cuando más desinflamada parece la percepción social, a la espera de lo que pueda suceder tras la sentencia, más duros se vuelven algunos discursos. No parece que sea casual esa coincidencia”.
En la SER, José María Izquierdo decía: “Era urgente el cambio de nombre del partido de Íñigo Errejón, Más Madrid, y ya tenemos el nuevo, que tampoco es que se haya roto la cabeza el joven candidato: Más País.
Aún nos falta mucha sustancia, desde candidatos y candidatas hasta las provincias donde presentará listas, así que aplacemos hablar sobre ello, que mucho tiempo, voz y letras vamos a gastar en esa misión.
¿Verdad que siempre habían querido saber de qué hablan los presidentes de países lejanos que ni tan siquiera se conocen? El arranque de ese posible impeachment nos ha dado la oportunidad de saber cómo habla por teléfono ese personaje inaudito que es Donald Trump con otro igual de pintoresco, el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, hasta hace un minuto un actor de comedias.
Es absolutamente cierto que el norteamericano, a pelo, le pidió al presidente ucraniano que reuniera información contra el hijo de Joe Biden, uno de sus posibles rivales demócratas. En corto y por derecho. Inaudito. Como sus opiniones, gañán prepotente, sobre la embajadora de Estados Unidos o un fiscal ucraniano. ¡Qué zafiedad!”.
En la COPE, Pilar García de la Granja opinaba: “Todo lo que sea más propuestas y más partidos creo que es malo para la izquierda”, “divide el voto de la izquierda. Yo no me imaginaba que iba a tener un efecto negativo en el PSOE, aunque es evidente que el PSOE va a ganar las elecciones como hoy ya indican algunas encuestas. Y me parece que si hace cuatro días estábamos todos en que íbamos hacia un bipartidismo comenzando por la unión de la izquierda en torno al PSOE, ahora tenemos tres partidos en la izquierda. Y a mí esto no me parece que sea una buena noticia para Sánchez, yo no creo que el PSOE esté detrás de esto, y por supuesto una mala noticia para Podemos”.
Salvador Sostres afirmaba: “Cuanta más división en la izquierda, mejor porque menos posibilidades tiene de gobernar”. “Si hace unas semanas denunciábamos que la derecha se estaba comportando de un modo algo tonto por presentarse separada, de modo que la ley D´hont le iba a perjudicar, pues es una gran noticia que la izquierda ahora cometa errores tan pueriles y de otro lado tan propios de políticos inconsistentes, de bar de facultad, cuya vanidad es muy superior a su cerebro político. Yo estoy feliz y si alguien en el PSOE se quiere presentar y plantear una escisión yo también voy a celebrarlo”.
En la SER, Iñaki Gabilondo comentaba: “Los nueve detenidos la semana pasada en Cataluña comparecen esta mañana ante el juez. Pero ya es igual lo que ahí ocurra, y los sucesivos pasos que queden por darse en este caso, puesto que hay muchos ciudadanos que tienen opinión tomada. Muchos ya saben que son terroristas; hicieron suyas las sospechas de la Fiscalía y las convirtieron en pruebas antes de que lo fueran. Y pasma encontrarse entre ellos a personalidades públicas y políticas, que se precipitan de esta manera marcando sin la más mínima duda esta circunstancia, incluso llevándola más lejos, llegando a embolsar a todo el independentismo en ese presunto terrorismo.
Otros hacen justo lo contrario, saben exactamente que son inocentes y que además están siendo perseguidos por la saña de un estado opresor. También pasma encontrarse entre ellos a grandes personalidades públicas y a algunas autoridades del Estado, por ejemplo Torra, que aunque finja ignorarlo es la primera autoridad del Estado en Cataluña.
En su paso hoy ante el juez es posible que intuyamos algo más el futuro que pueda tener este caso. Lo más importante, desde luego, es saber si de verdad hay grupos dispuestos a llevar su radicalidad hasta la locura de la violencia. Mientras averiguamos, probamos y confirmamos cosas, ¿podríamos embridar los caballos y no soltarlos al galope? ¿Son terroristas? Yo no lo sé. ¿Están siendo acusados de terrorismo sin pruebas suficientes? Tampoco lo sé. ¿Eso es ser equidistante? Igual de equidistante que la Justicia, porque hasta que lleguen las pruebas, la Justicia tampoco lo sabe”.