Vázquez Taín (COPE): “¿Qué mensaje está mandando la Generalitat a través de instituciones penitenciarias? Que en Cataluña, la rebelión, la sedición y cualquier forma de ataque a la Constitución no se considera delito”

En la COPE, el juez Vázquez Taín explicaba que el 100.2 del reglamento penitenciario “no se pensó para esto. Se pensó para aquellos presos que ya llevaban superada una larga trayectoria de su tratamiento penitenciario y poco a poco se podía insertar”. “Pero la clave es que esos presos muestren una absoluta ausencia de riesgo en la reincidencia. ¿Qué mensaje está mandando la Generalitat a través de instituciones penitenciarias? Que  en Cataluña, la rebelión, la sedición y cualquier forma de ataque a la Constitución no se considera delito y por tanto aunque estos señores salieran el domingo en un vídeo diciendo que hay que seguir luchando, hay que seguir reincidiendo, nosotros no vamos a considerar eso riesgo de reincidencia porque para nosotros no es delito”. “El porcentaje de los que estamos en las trincheras viendo todos los días como los presos vienen con un contrato de trabajo a solicitar a instituciones penitenciarias que se les aplique el mismo beneficio y no se les aplica, entendemos que esto es totalmente irregular y la fiscalía tiene que seguir insistiendo hasta que encuentre el juez adecuado que diga que esto no puede ser así. Estos señores no pueden salir a la calle mientras no demuestren que tienen un acatamiento del hecho delictivo”.

En la COPE, Jorge Bustos apuntaba: “La mesa esa es una farsa que solo persigue por parte de Pedro Sánchez que le apruebe los presupuestos ERC y por parte de ERC venderse en Cataluña como los que tienen cogido al Gobierno por salva sea la parte y por tanto ganar las elecciones autonómicas, no tiene ningún objetivo de solución de ningún conflicto imaginario ni de nada. Lo del 100.2 lo venimos contando en El Mundo desde septiembre, sabíamos que esto iba a pasar, un artículo coladero del reglamento penitenciario que con unas competencias transferidas a una comunidad nacionalista sabías perfectamente que lo iban a aplicar. Porque aquí en España hay dos tipos de españoles: los normales, que tienen una serie de obligaciones y luego están los ciudadanos que odian a España, los nacionalistas, que tienen privilegios, por el hecho de ser nacionalistas”.

En la COPE, Jorge Vilches denunciaba que con la nueva ley de Educación lo que hace el Gobierno es “ir recortando libertades”, “la libertad de los padres y la libertad educativa. Y en cuanto a la ley de libertad sexual, es que tiene tantísimos despropósitos procedentes de la ideología de Podemos que no hay por donde encontrarla. Lo que es interesante es el choque que hay entre los feminismos de este Gobierno progresista, entre el feminismo clásico y de género del PSOE y este feminismo colectivista de Irene Montero y compañía”. “Esta ley de libertad sexual nos deja en una indefensión clara donde el gran riesgo que tenemos es la eliminación de la presunción de inocencia y la creación de nuevos delito sin que haya un sostén jurídico detrás”. “Así que vamos a tener un martes fiscal, un martes educativo y un martes de género”.

En Onda Cero, Carlos Alsina comentaba: “Recordemos: que en España los Presupuestos aún ni siquiera están hechos, que el borrador de la ministra Montero lo cuestionó Bruselas y que se hizo antes de que el coronavirus llegara a nuestras vidas para poner en cuarentena la actividad económica. Y recordemos: hasta hoy no ha anunciado el gobierno una sola medida, o una sola política, que pueda considerarse un incentivo a la actividad económica, ya menguante, que se viene produciendo. La rebaja de las estimaciones, el incremento del paro todos los meses desde agosto, lo encaja el gabinete Sánchez con resignación y sin dar muestras de tener una sola idea nueva.

Anuncia el gobierno tropecientas leyes que quiere sacar adelante, desde la eutanasia a la ley de educación pasando por la reforma del código penal (hoy mismos aprueba el proyecto de esto que Irene Montero ha bautizado como libertades sexuales) pero en el terreno económico y laboral es como si la crisis que va cobrando forma con ayuda del coronavirus no fuera con él. Ya pasará, ya escampará, ya iremos viendo”.

En Onda Cero, Fernando Ónega destacaba: “Toda ley que intente defender la libertad sexual y castigar las agresiones está justificada.

La urgencia, también, porque las agresiones se siguen produciendo y cada vez son más violentas, como demuestra la última noticia: la violación en grupo y por turno de una niña de trece años en Barcelona. Pero una cosa es la urgencia y otra la precipitación, y hay indicios de que la redacción de este proyecto de ley de Irene Montero se precipitó, ignoro si por las prisas de la ministra por hacerse visible o porque se quiso llegar con él aprobado al Día de la Mujer.

Al precipitarse se cometieron errores por desconocimiento. Por ejemplo, se desconocieron las competencias de las comunidades autónomas, se desconoció el contenido de leyes como la de violencia de género y protección de la infancia y se ignoró el Código Penal.

Y lo significativo a efectos de la coherencia del gobierno de coalición: esos defectos de fábrica fueron corregidos por los más experimentados ministros del PSOE, y se quiso que se supieran esas correcciones de los mayores. Yo creo que se buscó una norma para certificar que solo el sí es sí y que el no siempre es no, y salió un proyecto demasiado global; lo que llamaríamos una ley de protección integral de la mujer.

Me parece perfecto. Espero que la ley llegue hoy a Consejo debidamente "cepillada", como dijo una vez Alfonso Guerra. Pero el aviso queda hecho: no es bueno legislar a golpe de calendario. Y tampoco a impulsos de publicidad".

En Onda Cero, Rubén Amón lanzaba sus preguntas: “Albert Rivera reaparece en la vida pública para anunciar su fichaje por la firma de abogados... ¿Estaba por tanto en su contrato convertir su regreso en un acto de publicidad, propaganda y vanagloria?

¿Cuándo van a diseñarse las mascarillas para protegernos de las falsas noticias del coronavirus?

Hay que tomarse muy en serio esta enfermedad, pero ¿no pensáis que le concede una dimensión friqui y supersticiosa la noticia de que la ha propagado en Torrejón una comunidad evangélica?

¿Y me creéis si os digo que la Iglesia oficial va a limitar el agua bendita y las comuniones? Creedme, creedme.

¿Estáis preparados para una cuarentena domiciliaria? No quiero frivolizar con el asunto, pero me parece un escenario tan atractivo como ir a visitar Venecia, ahora que está vacía.

¿Soy acaso un temerario o un optimista? Permitidme enumerar las razones para la tranquilidad. Sabemos cómo es el virus. Y cómo detectarlo. En China ya retrocede. Es leve en el 80% de los casos. Se cura en casi todos. No afecta casi a los menores. Puede combatirse con los antivirales conocidos. Y ya se está llegando a la vacuna.

¿O debería ser más pesimista? Los ancianos son muy vulnerables. La facilidad de contagio es elevada. Italia es un foco incendiario de la enfermedad. La zona euro puede entrar en recesión. Están amenazadas las Fallas, los partidos de fútbol en abierto. Y el cierre de colegios en Madrid y Euskadi demuestra la posibilidad de las medidas taxativas”.

En la SER, José María Izquierdo decía: “Ha publicado su informe anual el Observatorio de la Dependencia, y cuesta reconocer que se está hablando de España y no de algún lugar del Tercer Mundo. Un buen día, pues, para quedarnos quietos por un momento y atender, fuera de la aceleración furiosa de la política, temas como el de la dependencia, invisibles en la vida pública pero dramáticamente presentes en la vida cotidiana de muchos cientos de miles de ciudadanos y, sobre todo, ciudadanas.

Hay en nuestro país alrededor de un millón trescientas mil personas reconocidas como dependientes, 400.000 de ellas totalmente desatendidas. Cada año empeoramos: hay más dependientes sin atender, se amplía la brecha regional y crecen las listas de espera.

Más de 30.000 personas mueren cada año sin haber recibido esa ayuda que tanto necesitaban. Urgen 460 millones de euros para frenar este deterioro y tratar, a partir de lograr ese punto cero, de revertir una situación que debería darnos vergüenza, a todos, por supuesto, pero más aún a un gobierno que se denomina de izquierdas. ¿De verdad saben lo que es urgente?”.

En la COPE, el economista Gay de Liébana reflexionaba: “No parece muy cabal que cuando nuestra economía, siempre que todo funcionara bien, crezca, este año, al 1,6% - lo que hoy está en duda -, se apruebe para 2020 un aumento del gasto público del Estado del 3,8% y para 2021 del 3%. El desequilibrio salta a la vista y evidencia una frivolidad alarmante respecto al planteamiento de nuestras cuentas públicas. El estigma del déficit imparable, crónico y recurrente de las finanzas públicas españolas, causante de una deuda pública insoportable y que nos coloca cada vez en una situación de mayor vulnerabilidad, Don Carlos, es el desmesurado gasto público. Nuestros gobernantes no actúan, ni han actuado, con responsabilidad ni sensatez en ese sentido y la fragilidad financiera de España se agrava. Tarde o temprano, Don Carlos, lamentaremos tales cúmulos de despropósitos.

Si afirmamos que el gasto público en 2020 rondará los 550.000 millones de euros - ¡ojo ahí, más de medio billón de euros! -, no es baladí. Tal desmesura gastadora en España se cuadra a través de una apisonadora impositiva. Que el IVA, impuesto doliente para los menos favorecidos, sea objeto de reajustes, tampoco es descabellado pensarlo. Y que la calidad nutricional, entre otros argumentos, sea pilar para nuevas figuras tributarias, so pretexto de la disuasión consumista y con la finalidad de recaudar más impuestos, enfila por los mismos cauces”.