Yolanda Díaz (TVE): “El Gobierno actúa con lo que las autoridades sanitarias le señalan; nadie puede ni debe enfermarse en el trabajo”

En RTVE, Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, ha dicho que "estamos trabajando en dos fases para la desescalada: una para el verano y otra para finales de año".  "El Gobierno actúa con lo que las autoridades sanitarias le señalan”. “Nadie puede ni debe enfermarse en el trabajo”.

Sobre la Renta Mínima Vital: "Todo el Gobierno está de acuerdo con la medida [...] No hay matices en el Gobierno". "Se van a reconocer las prestaciones a un ritmo como nunca en España, y todos los ciudadanos van a cobrar su prestación".

Díaz advierte que los malos datos del paro en Estados Unidos auguran una grave crisis por lo que hay que responder "con prontitud".

Lamenta que el PP no haya convalidado los decretos de medidas económicas. "Es muy propio de la principal fuerza de la oposición decir: 'bueno que caiga España, ganemos las elecciones', pero la sociedad no quiere esto, no quiere politiqueo (...) A día de hoy no conozco las propuestas del PP para salir a esta crisis. Están en una operación de desgaste".

Díaz advierte que los datos del paro serán "excepcionalmente malos" en abril.  Y responde a las críticas del PP a la tardanza de las ayudas: "O desconoce como funciona el servicio de empleo o quiere perjudicar al Gobierno".

En la COPE, El ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones José Luis Escrivá ha reconocido que todavía no sabe a cuánto ascenderá la factura por la aplicación de la renta mínima vital que el Gobierno pretende implantar a partir del mes de mayo. El ministro sí se ha atrevido a decir que su coste "estaría en el alto más rango de lo que podemos prever". "Estamos cruzando datos con la Agencia Tributaria y la Seguridad Social y tomando como referencia la encuesta de condiciones de vida, que da ya una primera fotografía. Pero aún es muy difícil dar una cifra", ha señalado.

El ministro ha asegurado que el coste de la nueva norma no irá a cargo de la Seguridad Social sino de los Presupuesto del Estado, aunque también ha adelantado que esta medida, sumada a las otras iniciativas sociales impulsadas por el Gobierno, incrementará la deuda pública.

El ministro Escrivá ha negado desavenencias y falta de coordinación con el vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias. El titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha señalado que esta medida "ya estaba dentro de los planes del Ejecutivo" y que su puesta en marcha estaba de antemano planificada para mayo. Sólo han encontrado discrepancias con la rueda de prensa que supuestamente se iba a celebrar ayer y que él ya aseguró que se enteró por la prensa. "Era muy difícil que se produjera por la agenda que teníamos ambos y, en efecto, finalmente no se celebró", ha admitido.

Escrivá ha dicho que esta renta mínima vital complementará rentas muy bajas, aunque todavía no se concretado ese umbral. "La unidad de referencia va a ser el hogar, no la persona. Calculamos que llegaremos a un millón de hogares, la mitad de ellos serán con niños y un 10% monoparentales", ha señalado. El ministro ha contado que se irá caso por caso y con una intención de inclusión, por lo que no se extinguirá en el momento en el que los beneficiarios encuentren trabajo sino cuando dispongan de una situación económica estable. "Será compatible con el salario del nuevo trabajo durante un cierto tiempo", ha incidido.

El ministro ve necesaria esta medida porque España "tiene uno de los niveles más alto de extrema pobreza de Europa" y asegura que trabajará mano a mano con trabajadores sociales de los ayuntamientos y ONG's para llegar incluso a los casos de "marginalidad indetectables".

En la COPE, Carlos Herrera opinaba: “Y más entretenidas que esas conversaciones con titular pero sin sustancia, que sólo se plantean para entretener a almas cándidas, deben ser las broncas entre miembros del Gobierno, que cada vez discrepan más abiertamente. Al final no hubo presentación de la Renta Mínima, el proyecto estrella de Pablo Iglesias y que Podemos había publicitado en la tarde del martes. Y cómo será la cosa para que no guarden ni las fomas y se desautoricen unos a otros. Que salga Sánchez y le dé siempre la razón a iglesias.

Varios cronistas cuentan que las trifulcas internas del partido, el malestar creciente con la colección de deslealtades de Iglesias y esa especie de tándem, esa sociedad que ha formado Iván Redondo y Pablo Iglesias. Hoy hasta "El País" le dedica su comentario editorial a la deslealtad de Iglesias con Sánchez. Es una pena que no lo haya hecho "El País" ante la deslealtad de Iglesias con la Corona, con la Constitución y con la decencia. Porque ayer anduvo por su televisión privada para descalificar a todos aquellos que disientan de la verdad única que quiere manejar él en ese Gobierno. Todos son ultraderecha. No tienen derecho a la información. Es un viejo recurso de Iglesias, ése del derecho a la información. Él dice que no existe, no puede haber medios privados que se dediquen a la información porque eso es un derecho público. Y le falta añadir: 'y quiero controlarlo yo. Yo decidiré quién es y qué se dice en los medios’”.

En la COPE, Ignacio Camacho opinaba, sobre la pregunta de Tezanos en el CIS:  “Este es el próximo debate que viene, que es el debate del confinamiento de los derechos, el confinamiento de las libertades”. “Yo creo que la actitud de la oposición tiene que ser ya que el estado de alarma se ciña de una manera estricta a lo que la constitución marca. Porque se está utilizando y se quiere utilizar el estado de alarma para imponer una autocracia de facto, para gobernar sin control. La encuesta del CIS la han encargado a dedo utilizando el decreto de alarma la falta de transparencia, la opacidad que permite el decreto de alarma porque ni siquiera eran capaces de encargársela -porque se les caería la cara de vergüenza- a los funcionarios del CIS”. “Se trata de esto, de ir poniendo una mordaza: primero a los partidos con el pacto, luego a la prensa, luego a los ciudadanos con el control de las redes y del wasap y todo eso y lo siguiente que viene es la geolocalización. A ver quién se fía de este Gobierno de que geolocalización sea solo para efectos sanitarios”.

En la COPE, Carmen Torres señalaba: “La gente lo tenemos claro: día tras día veíamos que esa cifra (de muertos y contagiados) no se correspondía con lo que vivimos.  Todos conocemos casos de personas que están en hospitales, de fallecidos, de infectados que estaño en su casa. Y nos costaba mucho darle crédito a esas cifras que no reflejaban la envergadura de lo que estaba ocurriendo. La realidad se acaba imponiendo y el Gobierno tiene que ser consciente de ello. Por mucho que quiera utilizar ese lenguaje bélico para camuflar el problema y de hablar de una guerra y de una reconstrucción, los que salimos a trabajar todos los días a la calle vemos que las calles están bien, no hay nada de reconstruir”. 

Ana Martín destacaba: “El Gobierno es el principal, ya no propagador de bulos, sino generador de ellos. Yo esta semana he detectado tres de tres ministros distintos. El primero el del ministro del Interior dando como caso de violencia de género un caso de suicidio y después tuvo que recular 24 horas después, que el juez”. “En segundo lugar Iglesias anunciado el miércoles por la tarde a través de su gabinete que ayer jueves se iba a presentar ese ingreso mínimo vital. A las pocas horas, el ministro Escrivá nos dice que se ha enterado por la prensa de esa supuesta convocatoria en la que tenía que participar y que nunca se produjo. Y el último, ayer la ministra portavoz cuando nos dice que el pacto con la oposición está cada vez más cerca y saben fehacientemente que eso no es así”.

Nicolás Redondo apuntaba: “Esto de las cifras provoca impresiones muy negativas. La primera es la incapacidad del Estado para coordinar algo tan sensible, tan importante, tan trágico como el número de muertos en esta crisis de sanidad brutal. Y el segundo, necesitamos saber el número de muertos para retribuir a los muertos con nuestros sentimientos, con nuestra solidaridad y sobre todo a su familia. No nos pueden perseguir las cifras. Y se tienen que poner de acuerdo en cuántos han sido y en cómo ha sido”. “Ya está bien con que mueran en soledad y no les podamos hacer el duelo,  sino que además los políticos estén en una discusión sobre la cifra de muertos. Eso es brutal moralmente, políticamente y estéticamente”.

Antonio Jiménez destacaba: “Han tenido que ser las propias comunidades autónomas las que quieren que se dé carta de naturaleza al número real de muertos, las propias comunidades son las que están subrayando el hecho de que no se está dando la cifra oficial del alcance real de la epidemia en España. Y debemos conocer ese alcance de a realidad del virus en nuestro país. Yo sé que esto incomoda mucho al Gobierno porque no es lo mismo 19.000 que 30.000 ó 40.000 personas fallecidas desgraciadamente, que son las que probablemente sean reales en estos momentos a cuenta del coronavirus”.

En Onda Cero, Carlos Alsina destacaba: “Con Tezanos estuvimos hablando ayer sobre el bulo de que el gobierno esconda cadáveres. Creo que fue hace dos semanas (o tres, ya no distingo los días) cuando expliqué aquí por primera vez que sólo los fallecidos que habían sido diagnosticados aparecen en la relación oficial de muertos. Pero que es muy probable que la mayor parte de los abuelos que se nos han muerto en las residencias sean víctimas también del coronavirus aunque en la lista no aparezcan. Admitir que el número real ha de ser superior al oficial no es sinónimo de atribuir al gobierno ocultación alguna. Menos aún ahora que el doctor Simón lo admite.

No sabemos cuántos son los muertos totales, pero sí sabemos que son una enormidad. No sabemos cuántos son los infectados, pero sí sabemos que el número sigue creciendo. Cinco semanas después del confinamiento.

(...)

Lo del ingreso mínimo vital, pues qué quieres que te diga. Otra prueba del extraño proceso que sigue nuestro gobierno para decidir las medidas. Hubo un consejo de ministros el martes en el que no se planteó este asunto. Al día siguiente habla Iglesias con el presidente y alcanza con él un acuerdo.

El acuerdo al que llegamos hablando el presidente y yo. El gobierno pactando con el gobierno de espaldas al gobierno, que es Escrivá, al que ayer se le puso cara de pero qué me estás contando. La táctica de siempre de Podemos: filtrar que algo ya está hecho para meter presión a quien se resiste y que lo dé por bueno. Pasó con el decreto del estado de alarma. Pasó con el decreto de hibernación económica. Viene pasando con todo. Una pregunta sencilla que no es de CIS: ¿Tiene sentido exigir lealtad a la oposición si no eres capaz de garantizar la lealtad de tus propios ministros? Ah, que no son tuyos. Son de Podemos”.

En Onda Cero, Fernando Ónega apuntaba: “Solo se requiere un poco de indulgencia, y la indulgencia consiste en entender que en un gobierno de coalición siempre existen al menos dos sensibilidades y, por tanto, dos corrientes.

El problema no está en que existan, siempre que al final se imponga la autoridad del árbitro. El problema es ese fondo de afán de protagonismo y de atribución propagandística del éxito, que arruina la convivencia de las dos almas. Y el problema mayor es que dificulta que el gobierno pueda hacer una oferta concreta de contenido de los acuerdos, cuya ausencia denunció Inés Arrimadas. Si no hay esa claridad de objetivos, ¿cómo y de qué se hablará en la mesa de diálogo? ¿Va a ser una tormenta de ideas en vez de una propuesta de soluciones?

El gobierno tiene que decir qué pretende, en qué consiste la reconstrucción que busca y para qué pide el apoyo de los demás. Eso se hace en un documento, en un papel que sirva de base para el diálogo.

Así se hizo en los añorados Pactos de La Moncloa, y ahora la ministra portavoz anuncia que no lo habrá. La sospecha es que no puede haberlo porque, en efecto, se enfrentan las visiones de los ministros socialistas y los de Podemos. Chocan en cuanto se piensa en una medida, como esta del ingreso mínimo vital. Y chocan, sobre todo, cuando tratan de presentarla, porque Podemos necesita demostrar que es el motor social del gobierno. Esa es, a mi juicio, la gran dificultad”.