Como publicó Hispanidad, la ley de la eutanasia entró en vigor en España el pasado 25 de junio.
La ley española prioriza la eutanasia como alternativa a los sufrimientos de los enfermos terminales antes que el acceso a cuidados paliativos gratuitos y de calidad.
España se une de esta manera al grupo de países en los que la eutanasia es legal: Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Canadá y Colombia; así como a los estados de Oregón (Estados Unidos) y Victoria (Australia). Todos ellos han traspasado la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella. Esa frontera ética está en la conciencia de todas las personas del mundo. Y por eso es de ley natural.
En estos países está ocurriendo que se empieza permitiéndola sólo en casos excepcionales y por voluntad propia, pero se termina aplicándola sin restricciones, a cualquier persona e incluso en contra de su voluntad, y de manera especial a los más débiles y vulnerables: enfermos mentales, ancianos, discapacitados sobre todo intelectuales..., que no pueden defenderse ante la decisión de otros -el Estado, un médico, los jueces, los políticos, sus familiares- sobre sus vidas.
Se trata de un plano inclinado o pendiente deslizante muy difícil de parar que provoca que la vida no tenga ningún valor, especialmente la de los más débiles y vulnerables, y que sea a ellos a quienes se termine aplicando al eutanasia sin su consentimiento.
Debería haber en su lugar incentivos económicos para que la Ley de Dependencia se cumpla mucho mejor de lo que se cumple
Es precisamente lo que denuncia el médico Alberto de Pinto, veterano portavoz de los discapacitados, según recoge Religión en Libertad.
Lleva décadas en silla de ruedas y es un gran especialista en lesiones medulares. Pero no sólo sabe de medicina: también sabe mucho de pelearse con administraciones ineficaces, lentas o perezosas. En 1979 fundó la Asociación de Personas con Lesión Medular, que ha presidido muchos años y ha logrado avances y mejoras legales y sociales para las personas con discapacidad. Hoy la entidad que fundó es Aspaym, una plataforma con 18 asociaciones, 2 fundaciones y más de 7.000 asociados, que lucha por los derechos de unas 40.000 personas con lesiones medulares en España.
El doctor Alberto de Pinto está convencido de la nueva ley de eutanasia española no sólo es inmoral sino que es dañina, un peligro para muchos discapacitados y una cortina de humo que distrae de la verdadera necesidad de invertir en cuidados frente a la discapacidad, añade en Religión en Libertad.
"Los progresistas están a favor de matar a una persona que tiene una enfermedad incurable. A eso lo llaman progresía y somos unos carcas los que no estamos a favor de esa ley. Es mucho más fácil matar a una persona que mantenerla con una pensión. De esta manera, se quitan el problema de las pensiones de un plumazo", proclama, con la libertad de quien sabe de qué habla.
Además de para ahorrar en pensiones, sospecha que la ley se hizo también como una cortina de humo para distraer de otros temas como "el tarifazo que acaban de hacer o para que no se hable de la matria, de niño, niña y niñe y de otras tantas chorradas en las que están ahora imbuidos los políticos”, añade, recoge Religión en Libertad.
"La eutanasia no es debatible, no es ninguna necesidad, no favorece a la sociedad. En Asturias, por ejemplo, vive mucha gente que pasó por el Hospital Nacional de Parapléjicos y son personas con una vida digna y que se sienten incómodos -y solamente digo incómodos, pero realmente están muy enfadados- con que la Ley de la Eutanasia se haya aprobado sin haber contado con nadie", añade.
"Debería haber en su lugar incentivos económicos para que la Ley de Dependencia se cumpla mucho mejor de lo que se cumple. Fue aprobada hace mucho tiempo sin presupuesto alguno y una ley que nace sin presupuesto es una ley dispuesta a morirse", denuncia.