En Alemania, un juzgado de Hamburgo ha sentenciado al ciudadano Florian Schröder a sufragar una sanción de 3.000 euros por haber puesto un árbol de Navidad en el terreno de una guardería privada. 

El objetivo de este señor -que ha recurrido el fallo- era «llevar la alegría navideña a los niños», ya que «un árbol de Navidad es un símbolo de esperanza, no un delito». 

Pero la institución que gestiona la guardería había decidido no instalar símbolo religiosos para "garantizar la libertad religiosa y no excluir a nadie". 

Una curiosa forma de "garantizar la libertad religiosa" el no poner símbolos religiosos...

La multa también le fue impuesta por el juez por haber invadido una espacio privado.

En cualquier caso, se trata de un caso más en el que 'tu derecho' se convierte en 'mi deber'.

Este caso, adelantado por Herqles en X, ha reavivado los debates en Alemania sobre el equilibrio entre la preservación de tradiciones culturales y el respeto por la inclusión en espacios públicos. Situaciones similares se han dado en Austria, donde el año pasado una escuela preescolar en Salzburgo canceló la visita de Papá Noel para evitar «diferencias culturales» y temores entre algunos niños. Otro jardín de infancia en St. Pölten reemplazó el tradicional desfile del Día de San Martín con un «Festival de la Luna y las Estrellas» no religioso, buscando promover valores de empatía y compartir sin referencias religiosas.