Hispanidad recogió en su día la instalación del Belén más grande del mundo, en Alicante. San José mide casi 19 metros, el Niño Jesús más de 3 y la Virgen María unos 12 metros.
Estas enormes dimensiones hicieron que en 2019 entrase en los Récord Guinness, desbancando al Belén montado en Monterrey (México) en 1999, que era el que ostentaba este galardón y que era cuatro veces menor que el de Alicante.
La noticia este año ha sido que el citado Belén ha incorporado las figuras de los tres Magos de Oriente y a seis ángeles, estos últimos repartidos por la ciudad de similares dimensiones.
El alcalde de Alicante, Luis Barcala, afirmaba este sábado 3 de diciembre en su inauguración, situado este año en la Explanada de España, que "se ha convertido en un innegable atractivo turístico, además de servir para reactivar el comercio de proximidad".
El artista alicantino José Manuel García "Pachi" ha sido el encargado de construir las tres figuras, mientras que los también alicantinos Javier Gómez Morollón y Lorenzo Santana han llevado a cabo la construcción de los seis ángeles de que acompañarán al Belén en lo que el Ayuntamiento ha calificado como la "Navidad a lo grande”, publica Información.
Tanto las tres figuras del Belén gigante, como las nueve de este concurso pasan a ser propiedad del Ayuntamiento. En este sentido, el concejal Manuel Jiménez señaló que "ya es para que toda la vida que se puedan instalar. Es una inversión que beneficiará muchísimo y que, mientras lo considere el Ayuntamiento, se podrán utilizar como un reclamo más para la Navidad”, publica Información.
El nacimiento de Jesús “es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura” para invitar a los hombres a “ponerse espiritualmente en camino
Durante las Navidades pasadas, el Papa Francisco hizo una reflexión sobre el significado y la importancia de poner el Belén en Navidad. Lo hizo en su carta apostólica ‘Admirabile signum’, que firmó el 1 de diciembre de 2019 en la localidad italiana de Greccio.
El Santo Padre explicó que la escenificación del nacimiento de Jesús “es como un Evangelio vivo, que surge de las páginas de la Sagrada Escritura” para invitar a los hombres a “ponerse espiritualmente en camino, atraídos por la humildad de Aquel que se ha hecho hombre para encontrar a cada hombre”.
El Pontífice recordó que la historia de los pesebres de Navidad se remonta a días posteriores al 29 de noviembre de 1223, cuando el Papa Honorio III aprobó la Regla franciscana a San Francisco de Asís. También señaló que el Nacimiento “es desde su origen franciscano una invitación a ‘sentir’, a ‘tocar’ la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación” y “una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados”.
“¿Por qué el Belén suscita tanto asombro y nos conmueve?”, pregunta el Papa en su carta. Señaló que eso no solo se debe a que “nos ayuda a revivir la historia que ocurrió en Belén”, sino que “manifiesta la ternura de Dios”, que siendo Creador del universo “se abaja a nuestra pequeñez”.
En Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos
Al repasar los elementos que componen el nacimiento que se pone en los hogares, como el cielo estrellado, los paisajes, los animales y los pastores, afirmó que todo ello recuerda que “toda la creación participa en la fiesta de la venida del Mesías”. También indicó que “los ángeles y la estrella son la señal de que también nosotros estamos llamados a ponernos en camino para llegar a la gruta y adorar al Señor”; mientras que “los pastores se convierten en los primeros testigos de lo esencial, es decir, de la salvación que se les ofrece”.
Sobre la imagen de la Virgen María, el Papa explicó: “María es una madre que contempla a su hijo y lo muestra a cuantos vienen a visitarlo. Su imagen hace pensar en el gran misterio que ha envuelto a esta joven cuando Dios ha llamado a la puerta de su corazón inmaculado”. “Vemos en ella a la Madre de Dios que no tiene a su Hijo solo para sí misma, sino que pide a todos que obedezcan a su palabra y la pongan en práctica”.
Además, el Pontífice afirma que “junto a María, en una actitud de protección del Niño y de su madre, está San José”, representado con el bastón en la mano y, a veces, sosteniendo una lámpara. “Él es el custodio que nunca se cansa de proteger a su familia” y que no duda en ponerse en camino ante la amenaza de Herodes. Fue el primer educador de Jesús niño y adolescente; “y como hombre justo confió siempre en la voluntad de Dios y la puso en práctica”.
En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma
En su carta, el Santo Padre afirma que el “corazón del pesebre comienza a palpitar cuando, en Navidad, colocamos la imagen del Niño Jesús”, porque “Dios se presenta así, en un niño, para ser recibido en nuestros brazos”. “En la debilidad y en la fragilidad esconde su poder que todo lo crea y transforma. Parece imposible, pero es así: en Jesús, Dios ha sido un niño y en esta condición ha querido revelar la grandeza de su amor, que se manifiesta en la sonrisa y en el tender sus manos hacia todos”, agregó.
Francisco también recuerda que en la fiesta de la Epifanía está la costumbre de colocar las tres figuras de los Reyes Magos que llegan de Oriente para contemplar al Niño y ofrecerle los dones de oro, incienso y mirra. Esta escena llama “a reflexionar sobre la responsabilidad que cada cristiano tiene de ser evangelizador”. Además, los Magos, hombres sedientos de lo infinito, “enseñan que se puede comenzar desde muy lejos para llegar a Cristo”. “No se dejan escandalizar por la pobreza del ambiente; no dudan en ponerse de rodillas y adorarlo. Ante Él comprenden que Dios, igual que regula con soberana sabiduría el curso de las estrellas, guía el curso de la historia, abajando a los poderosos y exaltando a los humildes. Y ciertamente, llegados a su país, habrán contado este encuentro sorprendente con el Mesías, inaugurando el viaje del Evangelio entre las gentes”, dijo el Papa.