Sigo aconsejando que si quieren ustedes adivinar qué es lo políticamente correcto, cualidad siempre cambiante y siempre estúpida, deben realizar un seguimiento exhaustivo del Canal 24horas de Televisión Española. Entiéndanme: es un buen producto profesional, el mejor canal informativo en español, al menos entre los que yo conozco, pero la categoría de sus profesionales no quita ni un ápice a lo que digo: 24h-RTVE es el canal idóneo para descubrir en qué para, en cada instante, el Nuevo Orden Mundial (NOM), la progresía, lo políticamente correcto, la atmósfera dominante... 24h nos enseña cual es el tópico del momento, cuando estás ‘in’ o cuando andas ‘out’. Yo mismamente, paso fuera todo el tiempo.

Pues bien, la pesadez insaciable, insufrible e insoportable de RTVE a la hora de explicarnos el calentamiento global nos ha derretido las meninges. Ha resultado tan pelma, ha dado la vara, la brasa, el tostón, de tal manera y con tal intensidad, que hasta cuando sacan el micrófono a la calle, en presunto resumen de la opinión pública, la gente ya empieza a contestar que sí, que bueno, que hace calor, que ellos no son negacionistas pero, hombre, que no es para tanto. Hace mucho calor, sí, y nadie duda de que el planeta probablemente esté pronto a arder como una tea, que el Apocalipsis se prepara para mañana... pero el implicado, o sea, todos, prefiere contemplar el gran final tomándose un tinto de verano.

O como decía un meme genial: “Tengo 60 años, he vivido veranos con muchos calor... pero hace años no tenía a un gilipollas en TV que me decía que la culpa era mía”. En efecto, esto ya resulta molesto. Vamos que la gente se rebela contra el zumbido que emana de la oficialidad. 

Y claro, eso no puede ser. Entonces, RTVE, con la ayuda de los ‘expertos’ (el día que yo me tope con ‘los expertos’ se van a enterar de lo que vale un peine) han decidido que lo que ocurre es que sufrimos de “amnesia climática” (sic). Es decir que hemos olvidado la tragedia que se cierne sobre nosotros y hemos incurrido en algo peor que el Apocalipsis planetario: hemos caído en la amnesia climática, generalmente expresada con el consabido: ¡Déjame en paz!

En resumen, los climáticos se habían pasado tantos pueblos que la gente empezó a tomarse a coña el calentamiento global. Por eso, ahora contraatacan con lo de la amnesia. Lo malo no es que haga calor, sino que nos hemos olvidado del calor que hizo. ¡Es terrible!

Oiga, esto de la religión climática empieza a resultar divertido.