Según ha mantenido la Fiscalía, algo que recoge la sentencia de forma íntegra, la muerte de la niña de 14 años, Khawla no fue accidental por someterse al juego de la asfixia. "No es posible matar a una persona por asfixia sin querer y sin darse cuenta por mucho que quiera el acusado", manifestó la fiscal durante el juicio, que recordó que, tal y como indicaron los forenses, que la niña perdería el conocimiento a los 30 segundos, pero su muerte no se produciría hasta pasados entre cuatro y cinco minutos, que fue el tiempo que el acusado le apretó el cuello con sus manos. Asimismo, la sentencia recoge que se trata de un asesinato alevoso puesto que "la menor no tuvo ninguna posibilidad de defenderse en ese momento" y el acusado ejerció "una anulación completa" de cualquier posibilidad de defensa.

 

 

Tal como recoge La Razón, las forenses encargadas de la autopsia de la niña declararon que la menor murió estrangulada y además fue violada antes de fallecer. Además, tras el examen del acusado y autor confeso de la muerte, determinaron que se trata de una persona que padece un "trastorno antisocial de la personalidad", lo que lo define como un "psicópata". También apuntaron que durante el examen, el acusado "no mostró ni arrepentimiento ni culpa", evidenciando su "falta de empatía" y que "sus intereses están por encima de los demás". A estos rasgos de la personalidad del acusado, las forenses añadieron "poca tolerancia a la frustración" y el ser alguien "quiere vivir según sus propias normas y hacer lo que le apetece cuando le apetece" por lo que "le daba igual ir a la cárcel". Todos estos extremos fueron recogidos por el jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, en su veredicto, el cual alcanzó después de deliberar durante tres horas. 

«Una mujer traumatizada menos en el mundo», escribió el condenado a uno de sus amigos tras el crimen. Los guardias civiles que trataron con él destacaron durante el juicio su actitud «chulesca» y su «frialdad» cuando fue localizado después de llamar al 112 para confesar que había matado a una chica. Los agentes manifestaron que el joven, de entonces 22 años, se mostraba «relajado», «sonriente» y «orgulloso» de lo que había hecho. «Hagan ustedes su trabajo», se limitó a decir a los guardias civiles que le pedían su colaboración para que les indicase dónde estaba el cuerpo.

Según Ok diario, Nazzaryn ya fue condenado cuando tenía 15 años por intentar agredir sexualmente a una mujer, y tras la muerte de Khawla se le encontraron archivos de pornografía infantil. «No les tiemble el pulso. Si saliera de la cárcel probablemente volvería a hacer lo mismo», señaló la fiscal al jurado antes de su veredicto.