AnimaNaturalis y otras 56 organizaciones animalistas presentan una queja oficial ante el Defensor del Pueblo Europeo contra el incumplimiento por parte de la Comisión Europea de su compromiso con una Iniciativa Ciudadana Europea en la que 1,4 millones de personas solicitaron la prohibición de las jaulas -no para ellas-. Según los animalistas, la Comisión Europea (CE) prometió que, a finales de 2023, presentaría una propuesta legislativa para eliminar gradualmente y finalmente prohibir el uso de jaulas para gallinas, terneros, conejos, patos, cerdas reproductoras y otras especies. Sin embargo, en el reciente programa de trabajo para el resto de la legislatura política faltaba el Reglamento sobre animales en cautividad, que debería haber incluido el plan. Esto significa que este Reglamento quedará ahora a la suerte de la próxima Comisión, lo que provoca una gran incertidumbre sobre cuándo se publicará el Reglamento prometido.

Además de las jaulas de la ICE, 1,5 millones de personas solicitaron también la prohibición de la industria peletera y de la comercialización de productos de piel en el mercado europeo. La respuesta también se habría incluido en el Reglamento sobre animales en cautividad, según trascendió en la Evaluación de Impacto filtrada. En el último Eurobarómetro, una abrumadora mayoría de la ciudadanía indicó claramente que quieren que la UE haga más para proteger a los animales. Ya saben, son 'seres sintientes'.

Un retraso en la publicación de la legislación actualizada sobre bienestar animal también perjudicará a la agricultura y a las empresas alimentarias europeas, ya que es un momento en el que necesitan reinvertir en sistemas agrícolas y, a menos que obtengan una indicación clara, podrían invertir en sistemas que no son suficiente. Esto último suena un poco a eufemismo o a cinismo, como se prefiera, a la luz de las denuncias de los avicultores que denuncian que con su nueva política la Unión Europea persigue vender carne de países terceros, como Marruecos. Mientras, se obliga a los propietarios de las granjas a realizar importantes inversiones en las granjas, que los arruinan, mientras que el número de aves tendrá que reducirse en un 72%. 

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