Comenzamos la crónica semanal de la persecución a los cristianos en el mundo en Argelia, donde Sliman Bouhafs, un cristiano argelino, sufre desde hace más de 20 años de una enfermedad (gota crónica que provoca dolores e hinchazones en las articulaciones) que le impide trabajar. De hecho, Slimane está clasificado como discapacitado en un 80%, lo que le permitiría beneficiarse de una jubilación mensual pagada en su cuenta. Todo iba bien, para él y su familia, antes de detención en julio de 2016 por parte de los servicios de seguridad y de su encarcelación que duró 20 meses por “atentado contra la religión musulmana”, informa Asia News.
Slimane fue liberado recientemente, pero el Estado argelino mantiene todavía una férrea presión sobre él, mucho más estrecha de lo normal. Después de haberlo envenenado y torturado en la prisión y también después de su liberación, las instituciones estatales lo privan de su jubilación por invalidez. Un hecho inhumano que pondrá en peligro su vida y la de sus tres hijos.
Después de video publicado en su propia cuenta en Facebook, Slimane fue muy claro: “Buenas tardes, a todos vosotros, yo soy Islamane Bouhafs. Fui detenido por 20 meses a causa de mi fe cristiana. Pasé muchos sufrimientos. Fui oprimido, insultado, privado del régimen alimenticio que me prescribieron. Dormí en el suelo sobre simples cartones como única ropa de cama. Me intoxiqué y esto me llevó a ser internado en el hospital por 8 días. No puedo contar todo”.
“Por el momento el Estado argelino bloqueó mi jubilación que recibía por mi enfermedad. No sé qué quiera de mí este sistema. Si quieren matarme, que lo hagan. Es lo que ya están haciendo privándome de mis recursos. Pero, sepan, sepan que no interrumpiré jamás mi batalla. Mi batalla continúa”.
“Esta patria es la de San Agustín, no es la vuestra, es de Massinissa, Yugurta y Dahiya, no es vuestra patria. Yo lo puedo decir, yo soy de Cabilia, Amazigh (beréber, Ndr), hijo de S. Agustín. Lo soy, lo seré y así también después de muerto. Mi esperanza, mi conclusión…espero que este mensaje sea traducido en todas las lenguas del mundo para denunciar la opresión a la cual son sometidos los cristianos de Argelia. El Estado argelino sigila y cierra nuestras iglesias, amenaza a nuestros pastores o trata de corromperlos. Por favor, detengan todo esto”.
“Todas las leyes prohíben hacer morir de hambre a las personas. Están haciendo esto con mis hijos. Es innoble, innoble. Imagínense que Europa chantajee con privar de los alimentos a los musulmanes si no se convierten al cristianismo, ¿Qué harían? ¿Diríais que es legal?”.
Dice el Papa Francisco que, además de la persecución se alarga también "a través de las colonizaciones culturales"
Casos como el del argelino son denunciados por el Papa Francisco, quien dijo que asistimos a "una gran persecución" no sólo contra los cristianos sino también contra todos los hombres y mujeres "a través de las colonizaciones culturales, por medio de la guerra, el hambre y la esclavitud", porque, en el fondo, el contemporáneo es "un mundo de esclavos", recoge El Periódico de México.
"El Señor nos da la 'gracia' de luchar y restaurar con la fuerza de Jesucristo la imagen de Dios que está en todos nosotros", agregó. "La persecución es un poco 'la atmósfera' en la cual vive el cristiano también hoy, porque también hoy existen tantos, tantos mártires, tantos perseguidos por amor a Cristo. En muchos países los cristianos no tienen derechos. Si tu llevas una cruz, vas preso y hay gente en prisión, condenada a morir por ser cristianos, hoy", dijo.
"Hay tanta gente asesinada y es un número mucho, mucho más alto que el de los mártires de los primeros tiempos. ¡Mucho más! Pero esto no es noticia. Y por esto los noticieros, los diarios no publican estas cosas, pero los cristianos son perseguidos", agregó.
El Papa observó luego que hoy existe también otro persecución "a todo hombre y mujer porque son la imagen viviente de Dios”. "Detrás de toda persecución está el diablo, está el demonio".
También hoy existe una fuerza, diría un ensañamiento contra el hombre y la mujer porque, de otra manera, no se explicaría la ola creciente de destrucción dirigida contra el hombre y la mujer, contra el ser humano", reflexionó. "Existe la injusticia del hambre que destruye al hombre y a la mujer porque no tienen qué comer, con tantos alimentos en el mundo", agregó.
Sobre las colonizaciones culturales dijo que "cuando los imperios hacen aceptar disposiciones de su cultura contra la independencia, contra la cultura de la gente, imponen cosas que no son humanas para destruir por medio de la muerte”. Francisco observó que lo que quiere el demonio es justamente "la destrucción de la dignidad".
Cardenal Gracias: “El Gobierno de la India no hace lo suficiente para proteger a las minorías religiosas”
Un ejemplo de esa persecución a los cristianos de la que habla el Papa Francisco se da en la India. De hecho, el cardenal Oswald Gracias, arzobispo de Bombay, apuntó: “Existe una creciente preocupación entre las comunidades religiosas minoritarias porque el gobierno no está haciendo lo suficiente para protegerlas”, recoge Fides.
El cardenal Gracias mantuvo un encuentro con el ministro Rajnath Singh en Nueva Delhi. “Honestamente siento que existe en la sociedad una mayor polarización que en el pasado. Las personas se sienten amenazas especialmente por una comunidad. Debemos trabajar para conseguir la armonía, la integración y el diálogo”, concluyó el cardenal.
Durante el gobierno de cuatro años (2014-2018) del partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), el premier Narendra Modi, que dirigió el gobierno de la National Development Alliance (NDA), la comunidad cristiana en la India ha sufrido ataques sin precedentes de parte de grupos nacionalistas hindúes, según revela un estudio independiente publicado por un foro de expertos de la sociedad civil comprometidos principalmente en el trabajo social con grupos de personas marginadas y vulnerables. El foro se llama Wada Na Todo Abhiyan (WNTA) y es una plataforma nacional de la sociedad civil de más de 4.000 organizaciones e individuos. Su objetivo principal es hacer consciente al gobierno de su responsabilidad de eliminar la pobreza y la exclusión social.
El largo calvario de los nuevos conversos del islam al cristianismo
También ha sido interesante esta semana el testimonio de David Garrison, profesor en la Universidad de Chicago y autor del libro Un aliento en la casa del Islam, que estima que podría haber entre dos y siete millones de musulmanes conversos al Cristianismo en todo el planeta, recoge Infocatólica de Somatemps.
No es nimio constatar que este fenómeno, aunque lejos de ser marginal, no es evocado en la prensa dado que es muy difícil para los interesados hablar del tema. En efecto, mientras que algunos como el futbolista Djibril Cissé, que se convirtió a la fe cristiana a la edad de quince años, no dudan en contar su «epopeya religiosa» en los medios, otros tienen más dudas y prefieren incluso esconderse por miedo a represalias.
Es el caso de Imed, joven argelino de 23 años de Seine-Saint-Denis que ha escogido, hace unos meses, el mismo camino: "Fue muy largo, pero ahora ya puedo ir al encuentro de Dios con alegría. No hablo mucho de mi nueva vida. Una parte de mi familia y de mis amigos de infancia no lo comprenderían". Y añade: "Cuando se es musulmán, es siempre difícil y peligroso convertirse a otra religión. En un hadiz (segunda fuente del Islam tras el Corán) se dice que hay que matar a quien abandone su religión. Aunque en Francia no se llegue a tanto, es preferible ser discreto para protegerse mejor".
En este contexto, es muy difícil, ya sea en Francia o en el resto del mundo, obtener cifras fiables sobre estos nuevos conversos. En Francia, según un especialista del Ministerio del Interior, habría entre 3.000 y 7.000 personas que se convierten cada año al cristianismo, de los cuales el 10% son musulmanes. Esta cifra, que hay que coger con pinzas, muestra que el fenómeno está lejos de ser anecdótico en el territorio nacional. En el mundo, cuantificar estas conversiones es todavía más delicado, pero parece que antiguos musulmanes conversos serían varios millones.
Según un estudio de 2015 y realizado por el Seminario de Teología de Gordon-Conwell, once países mayoritariamente musulmanes figuran entre los veinte en los que el cristianismo progresa más rápido. Incluso si esto se explica en parte, en algunos países, como en Qatar y Arabia Saudí por la llegada de trabajadores extranjeros cristianos procedentes de Filipinas, India o Nepal, es cierto también que el número de conversiones experimenta un fuerte aumento. L´Interdisciplinary Journal of Research on Religion las evalúa en diez millones en 2010 contra doscientas mil en 1960.
¿Por qué ciertos musulmanes deciden convertirse al cristianismo? Esta pregunta puede resultar difícil de responder, pero se explica por tres razones principales: Primero, parece que las violencias terroristas perpetradas por islamistas tendrían que ver. Así, por ejemplo, en Irak, como lo cuentan las asociaciones humanitarias sobre el terreno, muchos musulmanes kurdos han decidido cambiar de religión después de haber presenciado las acciones violentas cometidas por grupos extremistas como el Estado Islámico.
Después, en algunos países musulmanes, un mayor acceso a la Biblia y a los programas de evangelización explican las conversiones masivas. Por ejemplo, el sacerdote copto egipcio Zakaria Botros, conocido por sus críticas virulentas al Corán en la cadena Al Hayat TV (que cubre Oriente Próximo) tiene una audiencia de millones de telespectadores. En Irán, desde 2015, la Biblia, integralmente traducida al persa moderno, es accesible desde el móvil. Más recientemente, la cadena cristiana SAT-7, que se recibe en los países de Oriente Medio y Africa del Norte, con una audiencia superior a veinte millones, ha utilizado las funcionalidades de la aplicación Telegram para ofrecer con seguridad a los iraníes los programas cristianos y de descargas de la Biblia.
Finalmente, para David Garrison, el final de la colonización parece haber tenido un rol importante en la medida en que la religión cristiana ya no es la del «invasor europeo», y parece atrae cada vez más a las poblaciones locales. Es cierto que estas conversiones se desarrollan a partir del momento en que la descolonización está totalmente acabada.
Estas conversiones, cada vez más numerosas, preocupan a los musulmanes más radicales. La cadena de televisión más seguida en el mundo árabe, Al-Jazeera, habla de este tema desde los años 2000. En 2001, el jeque Ahmad al Qataani se lamentaba en la cadena: «Cada hora, seiscientos sesenta y siete musulmanes se convierten al cristianismo. Cada día, dieciséis mil musulmanes lo hacen. Cada año, son seis millones». Es comprensible que este fenómeno preocupe al islam radical.
Las amenazas que pesan sobre los nuevos conversos son muy reales. Viven en muchos países en la ilegalidad, practican su culto en la clandestinidad, muchos de esos nuevos conversos son perseguidos y amenazados de muerte. En Marruecos, por ejemplo, se arriesgan a la reprobación social en caso de conversión, y a la prisión si son sospechosos de "romper la fe de un musulmán o de convertirlo a otra religión". En Irán, directamente se arriesgan a la pena de muerte los que son considerados como verdaderos apóstatas. El padre P. Humblot, después de haber pasado más de cuarenta y cinco años de su vida en Teherán, tuvo que exiliarse en Francia para "salvar su vida". Cuenta regularmente hasta qué punto el calvario (insultos, agresiones físicas, torturas, amenazas de muerte, prisión, asesinatos) vivido por estos nuevos cristianos en tierra de Islam es insostenible. Cita a menudo el ejemplo de esa joven que se había convertido y que vio cómo su propio padre le arrojaba gasolina y la amenazaba con quemarla viva si no aceptaba volver a la religión musulmana. Después de haber sido encerrada durante varios días, finalmente pudo huir del territorio iraní para escapar a la muerte.
Como bien dice el Papa Francisco: "No tengáis vergüenza de vivir con el escándalo de la Cruz". Deseemos a esos nuevos cristianos que se han atrevido a pasar una línea roja que no se den por vencidos, y que sean todo lo felices que puedan en sus nuevas vidas.