Su nombre es Sarco y se trata de una cápsula que puede ser fabricada mediante una impresora 3D y que sirve para poderte eutanasiar. El sistema es sencillo, antes de poder ser activada, el usuario que quiere acabar con su vida tiene que contestar una serie de preguntas que desbloqueará la escotilla de paneles y podrás presionar el botón del interior de la cápsula.
Sarco, que funciona con Inteligencia Artificial, se llenará de gas nitrógeno, lo que hará que te sientas con sensación de borrachera, hasta caer inconsciente y, finalmente, morirás, y ojo porque sucederá en apenas cinco o diez minutos. Sarco es 'tan inteligente' que si el usuario sufre una parálisis corporal, incluso puede funcionar con pestañeos.
Philip Nitschke es a quien le debemos tal obra de la ingeniería moderna, asegura que, pese a contar con las pertinentes autorizaciones desde hace varios años, se siguien realizando las últimas pruebas antes de que pueda ser usado en humanos, pero todo apunta que Suiza podrá disfrutar de Sacro en poco tiempo. Lo de que se estrene en Suiza tiene todo el sentido, en el país no es legal la eutanasia pero sí el suicidio asistido. El médico prepara la dosis del veneno, pero por lo general intenta no ir a la casa del paciente suicida, no estar presente en ese momento, por lo que lo hace ‘el suicidador’, ahora una máquina hará 'el trabajo sucio'.
Y un par de detalles más, Sarco debe su nombre a la palabra Sarcófago y si se quiere usar sólo habrá que pagar 18 francos suizos, unos 20 dólares estadounidenses. Suponemos que pronto llegará también a España.