La siguiente información tiene mucha enjundia. A saber: según la plataforma Escuela de Todos, dos centros de Baleares han 'suplantado' a los padres y han decidido por ellos que sus hijos quieren estudiar en catalán. Así, habrían informado falsamente a Educación de que el 100% de las familias ha escogido catalán sin ni siquiera darles la opción de escoger entre los dos idiomas... y hay otros 136 sospechosos de las mismas prácticas. 

 

Escuela de Todos ha conseguido impresos de matrícula de varios centros que no han incluido casillas de catalán y castellano y que han impedido elección de lengua a los padres. Pues bien, los datos de la consejería establecen que, en estos centros, que no han permitido elegir lengua, se ha adjudicado al catalán la elección del 100% de los padres y al castellano el 0%. Esto es -manifiesta Escuela para Todos- presuntamente un abuso de los directores de los centros, ya que si no ha habido casillas no ha habido elección, abuso que la consejería ha aceptado sin ningún tipo de comprobación, al negarse a reclamar los modelos de matrícula y comprobar si han permitido elección o no.

En total hay 136 centros que no han permitido elección. En 129 de ellos, es decir, el 40% de los 323 centros existentes, se adjudica el 100% al catalán y el 0% al castellano, por lo que  Escuela de Todos, como se ha dicho antes, tiene sobrados motivos para sospechar que en todos ellos los impresos de matrícula carecían de las dos casillas, impidiendo por tanto  elegir lengua y sustituyendo la voluntad de los padres. En solo 7 centros, el 2% de los 323, las direcciones reconocen que el 100% de las familias no elegido ni catalán ni castellano, por lo que la conclusión es que las direcciones de estos 7 centros han reconocido que los impresos de matrícula sin casillas no eran documentos que acreditaran el ejercicio del derecho de elección.

Ya conocemos las bondades de el adoctrinamiento lingüístico, de las más recientes, el aislamiento de alumnos en Cataluña y País Vasco hasta que aprendan catalán y euskera, respectivamente.

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Pero, ¿y si además de hablar de la lengua habláramos, por ejemplo, de enseñarles a los niños -cuanto más pequeños mejor- contenidos afectivo sexuales, sin el consentimiento de sus padres? Vamos, lo que en Hispanidad hemos calificado como perversión de la infancia y lo que Santiago Abascal denominó como "corrupción de menores"

Recordar que en ese caso se trataría de que se les impartieran contenidos relacionados, tal como denunciaba un padre, con que a las niñas se les enseñara "a frotarse las vaginas para darse placer" y a los niños a "meterse un dedo en el ano y frotarse la próstata".

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O, como diría la insigne portavoz de Más Madrid en la Asamblea de Madrid, Manuela Bergerot: "Yo creo que a nuestros hijos les tienen que hablar de sexo en los institutos (...) sí, desde pequeños. Que hablen de pornografía, masturbación, placer..."

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Para evitarlo, en Hispanidad apostamos una y otra vez por el cheque escolar, aunque, por desgracia, ya casi ni se mencione.

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