Hispanidad cumplió 28 años el pasado 20 de marzo. Somos, en efecto, el decano de la prensa independiente de Internet, seguro en España, y no sé si también en español, en toda Hispanoamérica.
Pues bien, cada vez que osamos -y se cuentan con los dedos de una mano los que se atreven a hacerlo en Internelandia- denunciar la tiranía de Google y de su monaguillo, Facebook, el gran buscador de la Red nos condena a su página décima, que es la forma de censurar que tiene Google. Ahí es raro que alguien te lea salvo que acceda directamente a Hispanidad, al emisor, cosa bastante inhabitual en Internet. En plata, que cada vez que decimos algo de Google, Google nos castiga.
La prensa, la grande que pretende mantener el oligopolio de siempre y la pequeña prensa digital que quiere ser grande, pactan y adulan a su esclavista, Google. El objetivo es aniquilar a la pequeña prensa independiente de Internet... la que aún mantiene su vocación de contra-poder
Pues bien, no nos van a callar. Repetimos: Google es el gran verdugo actual de la libertad de prensa, verdadero parásito, ladrón y ahora censor de la prensa libre. Ha conseguido domeñar a esa prensa libre y ahora intenta hacer lo propio con las redes sociales y el periodismo ciudadano: sospecho que lo tiene un poco más difícil... afortunadamente.
La situación es esta: hemos creado una internosfera en la que se lee aquello que Google quiere que se lea. El buscador se ha convertido en el mayor verdugo de la libertad de prensa. Por eso hay que apoyar, no denigrar, a las redes sociales que, con todas sus exageraciones y exabruptos, se han convertido en refugio de la libertad de expresión, de la que la libertad de prensa sólo es una consecuencia limitada... aunque relevante.
Es una lucha de David contra Goliat. No tiene por qué ganar Goliat... porque nadie conoce los extraños caminos de eso que llamamos influencia. Vamos, que no sabemos por qué algo influye... o no influye
La prensa, la grande que pretende mantener el oligopolio de siempre y la mediana prensa digital que quiere ser grande, pactan y adulan a su esclavista, Google. El objetivo es aniquilar a la prensa independiente de Internet. La prensa grande es el antiguo oligopolio de Internet, la prensa pequeña, es la nueva prensa digital que también pacta con Google, para que el buscador les reparta unas migajas por debajo de la mesa. Hacen lo mismo que la prensa grande por menos dinero pero es su modo de supervivencia.
Por cierto en ese aprisco ha crecido la nueva prensa progre de Internet, en su mayoría bien vista por el Frente Popular de Pedro Sánchez y por Google. ¿Por qué será?
Esto es una lucha de David contra Goliat, una batalla más en la historia de la humanidad, entre lo grande y lo pequeño, la única batalla que merece la pena librar y la más importante de todas las batallas. No tiene por qué ganar Goliat... porque nadie conoce los extraños caminos de eso que llamamos influencia. Vamos, que no sabemos por qué algo influye y otro algo, que semeja mucho más importante o, al menos ostentoso, no produce ningún cambio en la sociedad.
Google es uno de los mejores instrumentos actuales de lo políticamente correcto, es decir, del Nuevo Orden Mundial (NOM). Por tanto, Google es cristófobo y cristianófobo, porque el primer objetivo del Nuevo Orden es acabar con el Cuerpo Místico de Cristo. El resto son aditamentos
Ni que decir tiene que Google es uno de los mejores instrumentos actuales de lo políticamente correcto, es decir, del Nuevo Orden Mundial (NOM). Por tanto, Google es cristófobo y cristianófobo, porque el primer objetivo del Nuevo Orden es acabar con el Cuerpo Místico de Cristo. Pero eso daría para otro artículo u otra docena de artículos.
Y luego está el periodismo ciudadano, el de las redes sociales. Por encima de toda la campaña denigratoria, las redes le están ganando el terreno a la prensa digital porque, a pesar de su falta de rigor, apuntan más a la verdad que los periodistas. Son más políticamente incorrectos que nosotros.
Recuerden: la gran mentira del periodismo del siglo XXI es que ya no habla de decir la verdad sino de contar mentiras, eso sí, con mucho rigor. Y cuando el rigor sustituye a la verdad, es como cuando tiras el bombón y te quedas con el papel de plata que lo envuelve. Sergey Brin y Larry Page son los grandes promotores del rigor como fuente de mentiras y el actual CEO de Google, Sundar Pichai, forman el trío de multimillonarios a los que cabría aplicar el concepto de colonizadores liberticidas de la humanidad, así como verdugos de la libertad de prensa. Por cierto, Pichai es uno de los amigos de Sánchez, que en cuanto oye hablar de liberticidio se da por aludido. Pichai siempre es bienvenido en Moncloa.
Y luego está el periodismo ciudadano, el de las redes sociales. Por encima de toda la campaña denigratoria, las redes le están ganando el terreno a la prensa porque, a pesar de su falta de rigor, apuntan más a la verdad que los periodistas. Son más políticamente incorrectos que nosotros
Es la batalla de Internet: Google ataca a Hispanidad, Hispanidad seguirá denunciando a Google. David contra Goliat pero, quién sabe si David no volverá a vencer a Goliat. Recuerden: de derrota en derrota hasta la victoria final.