Sin duda el caso de María, 'La Beyoncé de la okupación', ha revolucionado el país. En un vídeo-tour, la okupa mostraba el chalet en el que se había  instalado con su familia: una casa de lujo en Coves Noves, una urbanización en Menorca. 

La mujer muy orgullosa de la vivienda mostró todos los detalles de la misma: "tengo tres cuartos de baño y cuatro habitaciones", "mira qué escalera", "mira las vistas", "tengo hasta piscina", está "a estrenar".

Aseguraba que "ni Beyoncé" y que se "lo merecía"; no tardó en hacerse viral y comenzó a conceder entrevistas. En una confesaba que cobraba 1.500 euros de Ingreso Mínimo Vital y que su marido trabajaba, lo que desató aún más la indignación del público. De ahí pudimos conocer que días más tarde la Guardia Civil la habría pillado cuando llevaba a sus hijos a la parada del autobús, denunciándola por cometer presuntamente tres delitos: conducir sin carnet, dar positivo en sustancias y una infracción de tráfico por conducción temeraria por un adelantamiento. 

En otra aparición en televisión negaba lo de las drogas, aunque admitía que no tenía carnet. 

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Una de las últimas personas en mostrar su asombro con el caso ha sido Perico Delgado, el ex ciclista español ganador del Tour.

El revuelo ha sido tal que se ha producido el desalojo de la okupa y su familia en tiempo récord. Aunque que no cunda el pánico, pudimos saber hace unos días que tienen otro piso okupado, para vivir entre semana. 

Parece que ni Perico ni la Policía se han enterado de la verdadera culpable de la okupación: Ana Rosa Quintana, no lo decimos nosotros, sino Irene Montero, que ha sido ministra

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