Pareja de moda, muy a su pesar, el futbolista del Barça, Gerard Piqué, y el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, ya saben, los del escándalo de la Supercopa, se han empeñado en meterse en filosofías y teologías y claro, algunos pensamos que no están muy preparados para ello. Todo a costa de la financiación de la Supercopa, donde aseguran que no hay nada ilegal pero se niegan a entrar en si hay algo inmoral.
Vamos que les preocupa el delito, que podría hacerles perder el sueldo, pero no el pecado, donde lo único que perderían sería su conciencia.
Tanto Piqué como Rubiales insisten en la curiosa dicotomía entre ilegal e inmoral. El futbolista lo explica con gesto cansino: "Podemos abrir un debate sobre ética pero eso no interesa ahora".
Lo de Rubiales es mucho mejor, dentro de su largo alegato en defensa de su honorabilidad. Asegura que "somos 47 millones de españoles y cada uno tenemos nuestra ética". Pues no, Rubiales, esa mentira constituye el gran problema de la humanidad. Campeón, sólo puede haber una ética, porque si lo blanco es bueno lo negro tiene que ser malo. Si "A" es cierto, "Z" es necesariamente falso.
No hay 47 millones de éticas o de morales: hay una sola ética y una sola moral: la que se adecúa a la naturaleza de las cosas, para ser exactos. Nada menos que 47 millones de éticas... Y eso suponiendo que no se trate de éticas fluidas y cambiantes, que entonces podrían alcanzar los 1.000 millones de éticas distintas.
Este y no otro es el problema, no moral, sino intelectual de nuestro tiempo. Si algo puede ser bueno o malo según le de la ventolera a cada cual, entonces ni existe ley, ni existe derecho, ni existe libertad... y acabará por no existir nada.
Pero queda claro que Rubiales y Piqué no han cometido delito alguno con la Supercopa.