A doña Letizia no les gustan ni los perros ni los gatos. Y por eso han pagado el pato -siguiendo con la jerga animal- primero, en 2004, Pushkin la mascota de Don Felipe a quien según Jaime Peñafiel -recoge el Nacional.cat- “Prohibió que el perro durmiera, no en el dormitorio como hacía con su dueño, sino en la casa”.
También en 2004 los Reyes recibieron como regalo de bodas dos cachorros de Mastín. Sin embargo, las perreras de palacio estaban llenas y la casa real tuvo que buscarles un nuevo hogar. Aunque no se sabe con certeza a dónde fueron a parar estos cachorros, se cree que encontraron un dueño dispuesto a cuidarlos, tal y como publicó el Diario de León.
Y la gente 'erre que erre' regalándole a la Reina perro tras perro. Así en 2005, en Ibiza en lo que fue su primera visita oficial fuera de Madrid recibió un cachorro de podenco ibicenco. Lo bautizaron como ‘Valent’ (‘Valiente’ en mallorquín). Fue la primera y única vez que se les vio con el perro. Decidieron buscarle otro dueño en lugar de llevárselo a casa.
Años después, cuando la princesa Leonor hizo su primera comunión, los reyes le regalaron un labrador marrón, al que llamaron Sara. Sin embargo, este perro no puede entrar en la casa de la familia real. ¿Acaso no conoce Su Majestad la nueva Ley de Bienestar Animal que prohíbe «mantener de forma habitual -a perros y gatos- en patios y similares»?