Viernes 30 de diciembre, Festividad de la Sagrada Familia. Quizás porque lo natural o desemboca en lo sobrenatural o desemboca en lo antinatural ha surgido la figura del casador. Jueces y concejales han delegado esa función en los nuevos profesionales del matrimonio civil. No visten sotana ni togas, pero imitan a curas y jueces.
La infidelidad, en el catecismo y en el Código Civil, es lo único que diferencia el matrimonio, sea civil o canónico, del concubinato
El caso es que los matrimonios civiles cada día se parecen más a los religiosos. Tanto es así que, tras prescindir de la trascendencia, el matrimonio civil se ha convertido en una parodia del matrimonio cristiano.
Es la profesionalización del matrimonio civil. Hablamos de una liturgia laica que no aporta otra cosa que la lectura del Código Civil, pues éste, ojo, recupera para la ceremonia el compromiso de 'fidelidad'. Los contrayentes no se casan en la ceremonia, se casan un día antes, en el Ayuntamiento o juzgado... y luego añaden la ceremonia, remedo de la liturgia cristiana.
Y con ello, llegamos a que la infidelidad, en el catecismo y en el Código Civil, es lo único que diferencia el matrimonio del concubinato. Si no hay compromiso de fidelidad no hay matrimonio, sólo sexo. La Iglesia añade: y si no hay apertura a los hijos -que no se requiere en el matrimonio civil- tampoco hay matrimonio.
Con todo, es mejor el matrimonio civil que el concubinato. Pero recuerda: si incumples el catecismo sólo te lo reprochará tu conciencia, si incumples el BOE te impondrán multa o prisión
Como mal menor, es mejor el matrimonio civil que el concubinato. Pero recuerda: si incumples el catecismo sólo te lo reprochará tu conciencia, si incumples el BOE te impondrán multa o prisión.
La ceremonia, ante el casador, de un matrimonio civil responden a la necesidad de solemnidad que precisa todo voto. Ahora bien, ¿no era esa solemnidad la que tanto criticábamos en el matrimonio canónico?