Durante la anterior legislatura, el 17 de mayo de 2022, el entonces Gobierno socialista-comunista de Pedro Sánchez aprobó en Consejo de Ministros el anteproyecto de ley de reforma de la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de Salud Sexual y Reproductiva y de Interrupción Voluntaria del Embarazo, impulsada por la comunista y entonces ministra de Igualdad Irene Montero. 

La nueva norma -que reformaba la Ley Orgánica 2/2010, de 3 de marzo, de salud sexual y reproductiva y de la interrupción voluntaria del embarazo, aprobada por el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapateroentre otras cosas, iba a tratar de garantizar que en los centros públicos se pudiese abortar, dado que en muchos de ellos no se realizan abortos porque no hay médicos de la sanidad pública dispuestos a ejecutarlos. 

Y, al parecer, es exactamente lo que está ocurriendo en Castilla y León donde, según el Consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez (PP), más del 80% de los ginecólogos de esta comunidad se niegan a practicar abortos al declararse objetores de conciencia (aunque en ese porcentaje no es descartable que haya médicos favorables al aborto pero que no quieren mancharse las manos de sangre…). 

Según las cifras que han trascendido, de los 216 ginecólogos que hay en Castilla y León, un total de 176 se habrían declarado objetores. Así que, a juicio de los socialistas, los restantes 40 sí que estarían dispuestos a practicar abortos...

Durante el debate en el pleno de las Cortes de Castilla y León, la procuradora socialista Virginia Jiménez dijo a los representantes de Vox que que están en las Cortes para defender la vida de los hombres y mujeres “aquí y ahora”, no de “células”. Y definió al aborto como un "traumático procedimiento"

Es decir, que para Virginia Jiménez, los niños en el vientre de sus madres son "células". Y a la vez, opina que un aborto es un "traumático procedimiento". 

Pero si son meras células, ¿por qué es “traumático”, señora Jiménez? 

Durante el pleno -que tuvo lugar la semana pasada- PP y Vox rechazaron una moción del Grupo Socialista que pretendía garantizar el aborto en la sanidad pública, garantía que, a juzgar por el rechazo que suscita entre los médicos, no es algo tan sencillo... ¿No será porque los ginecólogos no ven "células" sino a un niño que incluso trata de escaparse cuando intentan... acabar con su vida?