Contábamos en Hispanidad el caso de un profesor de catalán de baja por ansiedad: sus alumnos castellanohablantes coreaban "Viva España", “Viva la Guardia Civil y viva el Ejército ”, “ Viva Franco ”, “ Viva Vox ”: traumático.
"Te encuentras con la gran falta de respeto por Cataluña y por la lengua catalana. De hecho, entre los jóvenes que viven en Cataluña en general se ve el catalán como un estorbo. He acabado harto de repetir en todo momento que los alumnos me hablen en catalán en la clase de catalán. El sistema educativo falla. La inmersión lingüística no existe y no existe porque básicamente no existen catalanes. Los alumnos no catalanes no pueden integrarse en una catalanidad social que en su día a día no existe".
Al hilo de este caso, nos preguntamos en Hispanidad si habría tenido este docente la oportunidad de hablar, por ejemplo, con la profesora de español a la que un colegio prohibió, en un principio, entrar en ningún aula si no era para dar clase.
Ahora, conocemos el caso de un alumno de segundo de ESO en el instituto Isabel de Villena de Esplugues de Llobregat (Barcelona), que ha tenido problemas con una de sus profesoras, que lo ha señalado o lo ha ignorado porque él hablaba en castellano. La situación llegó a tal punto, que la familia ha presentado una denuncia ante la Alta Inspección, pero también han optado por la vía administrativa, por acoso.
El propio Jorge ha explicado a El Debate que los problemas empezaron el curso pasado, en primero de la ESO, cuando esta profesora daba ciencias. «Estábamos dando en ese momento las células y tenía que hacer unas maquetas. Antes de empezar el proyecto pregunté cómo tenían que ser las maquetas, pero lo hice en castellano. Y me ignoró. Se lo pregunté otra vez, y me dijo: como no hablas en catalán, no te puedo responder», dice Jorge.
El niño pone más ejemplos del trato que le dispensaba esta docente. Más recientemente, le dijo: «te apruebo porque no tengo otro remedio, porque has aprobado todos los exámenes», pero ponía en duda la actitud de Jorge. Tania, su madre, apunta: «el problema de actitud es porque le respondía en castellano o porque él se iba de clase, pero porque ella le invitaba a irse. Pero ella, si le hablaba en catalán, le respondía perfectamente, no había más problemas». También explica que la profesora se burlaba de su hijo porque «no pronunciaba perfectamente el nombre, y ella siempre le decía Jordi. Fíjate a qué nivel llegaba. Y otras veces le decía: anda, vete por ahí».
Esto nos recuerda al caso de los acosadores de la familia de Canet, cuyos padres pidieron que su hija de cinco años recibiera el 25% de enseñanza en castellano y, que se autopercibieron "castellanohablantes" para evitar ser juzgados. Según el juez instructor, uno de los investigados «hizo un llamamiento a aislar a la menor» de cinco años y dirigió públicamente a la familia insultos como «colonos no integrados y terroristas».