Las redes sociales, que parecían ser el último reducto de la libertad de expresión, al final se han convertido en una ratonera. Las ideas que deseas formular, y me refiero a opiniones personales no ofensivas (insultos, amenazas, etc), son canceladas sin miramientos si no están alienadas al discurso dominante de alma woke. Son los grandes talibanes, son los propietarios de las redes sociales que, aun siendo entidades privadas, son consideradas de utilidad pública al engrosar a miles de millones de usuarios en todo el mundo. Un enorme embudo que termina en el lado estrecho con una censura férrea que sufren particulares y medios de comunicación, como sucede con Hispanidad.com, al que el todopoderoso Google castiga porque su forma de enfocar la actualidad no es políticamente correcta o, dicho de otra forma, tiene un prisma demasiado cristiano…
Pero nada de esto nos debe extrañar, porque estos señores de la guerra que dominan el poder de la opinión para fortalecer o anular cualquiera de sus dictados o sus contrarios, están en el selecto club del Foro de Davos, bien como colaboradores, bien como actores principales, y obedecen a un mismo objetivo: controlar, dirigir y someter al mundo a sus dictados empresariales, asumiendo una actitud positivista en este sentido. Grandes corporaciones financieras, industriales y de comunicación, han tomado el relevo de los gobiernos mundiales y, como tal, los presidentes elegidos más o menos democráticamente en cada uno de los países de Occidente, son peleles a sus órdenes, que actúan con una libertad condicionada -es decir sin libertad- por Klaus Martin Schwab, presidente ejecutivo del selecto club neoliberal que capitanea el Nuevo Orden Mundial.
¿Pertenecen a un grupo protegido millones de personas que entran ilegalmente en nuestros países? No sé, pero en mi opinión hay que ser muy, pero que muy progre para comprender esto. Si deseas conocer el contenido del discurso sobre El gran reemplazo, lo dejo en este pódcast ya traducido
Para comprender todo esto mejor, expongo una de las acciones más llamativas protagonizada por YouTube, que censuró, que eliminó de un plumazo, el discurso viral de Eva Vlaardingerbroek que pronunció en el CPAC Hungría en Budapest, y en el que avisaba sobre la invasión a través de las fronteras de Europa, de una inmigración masiva que denominó de «gran reemplazo». YouTube canceló el vídeo cuando alcanzaba la nada desdeñable cifra de 40 millones de visualizaciones. Pero, ¿por qué hizo esto? ¿Quién es Eva Vlaardingerbroek?
Eva Lotte Louise Vlaardingerbroek es una joven y bella politóloga, abogada por la Universidad de Utrecht y maestría en Enciclopedia y Filosofía del Derecho por la Universidad de Leiden. La chica se ha hecho valer en sus discursos de corte conservador y espíritu democristiano, de forma que se la rifan en Europa para que ensaye en los foros posicionados en contra del globalismo reinante, por el que Bruselas cae al vacío con todos nosotros dentro.
El caso es que Vlaardingerbroek publicó en YouTube su conferencia, alcanzando una cifra millonaria de visualizaciones en 48 horas y ahí es cuando, según las normas censurativas de la plataforma, retiró el discurso, ya que según sus políticas de uso violaba las normas de convivencia por considerarla como un «discurso de odio (…) al incitar al odio hacia ciertas personas que pertenecen a un grupo protegido». ¿Pertenecen a un grupo protegido millones de personas que entran ilegalmente en nuestros países? No sé, pero en mi opinión hay que ser muy, pero que muy progre para comprender esto. Si deseas conocer el contenido del discurso sobre El gran reemplazo, lo dejo en este pódcast ya traducido.
Como era lógico, Eva Vlaardingerbroek lo colgó en X, donde alcanzó la desconcertante cifra 55,5 millones de visitas. Y de paso, Vlaardingerbroek, habló sobre la censura y dijo que «Por supuesto que YouTube borró mi discurso. Mientras tanto, nos acercamos a los 50 millones de visitas aquí en X. Me encanta esta aplicación. Gracias por comprarla, Elon Musk». Y añadía: «Dije la verdad prohibida: el Gran Reemplazo ya no es una teoría, es una realidad. Los europeos blancos están siendo reemplazados en sus propios países a un ritmo cada vez más acelerado, y significará el fin de nuestra civilización si no cambiamos las cosas».
Elon Musk se hizo eco y respondió desde su cuenta de X: «Si esto no cambia, entonces cualquier país de la Tierra con bajas tasas de natalidad se quedará sin gente y caerá en la ruina, como los restos que vemos de muchas civilizaciones muertas hace mucho tiempo», añadió.
Si alguien piensa que estas cosas son cosas que suceden por ahí, en algún lugar muy lejano y que parece que a nosotros no nos afecta, salgan de Matrix y apriétense los cinturones, porque en España, ya lo dijo Pedro Sánchez, se van a acabar los bulos, es decir, se va a acabar cualquier comentario, opinión o noticia que no coincida con el pensamiento único, la ideología de género reinante, el progresismo globalista neoliberal, o algo que haga crítica de lo que Sánchez diga o haga. Para eso está el dóberman Óscar Puente, primer candidato al frente de un futuro ministerio de la verdad que se denominará Sostenibilidad Democrática, cuyo objetivo será revisar, controlar y censurar a la prensa o personas particulares. Un pasito más del manual del buen dictador. Y es que “Sánchez anunció una "regeneración política", pero no explicó cómo llevaría a cabo su plan para convertir España en una tiranía. Dejando para otro momento a jueces y fiscales, el plan de Sánchez contra los periodistas no afines, es decir, pseudoperiodistas para el presidente, empieza a tomar forma”. Ahí lo dejo.
La censura maquillada (Editorial Dykinson), de Paul Coleman. O cómo se fabrican las leyes contra el discurso del odio que amenazan la libertad de expresión. Y es que, aunque en teoría todo el mundo defiende la libertad de expresión, en la Europa actual han aparecido nuevas cortapisas bajo la forma de leyes contra el discurso del odio. Con este concepto impreciso se intenta englobar expresiones que provoquen hostilidad y dominación de la información, es decir, nos encaminamos a la propaganda.
La muerte del periodismo (Deusto), de Teodoro León Gross. Este libro aborda la crisis que atraviesa el periodismo, y su paso de cuarto poder en el siglo XX a actor secundario en el siglo XXI al perder potencia como contrapeso real para los gobiernos. Detalla los factores que han concurrido en esta «mediamorfosis» a partir del ocaso del modelo de negocio basado en la publicidad y por lo tanto con la pérdida de independencia financiera. El deterioro de los hechos basados en la editorialización o el triunfo de la comunicación sobre la información... hasta el factor letal: la pérdida de valor de la verdad, que da sentido al periodismo.
La libertad de expresión (Alianza Editorial), de Andrew Doyle. Una nueva concepción de la "justicia social" basada en la identidad, que considera el lenguaje potencialmente violento, ha puesto en el orden del día dónde han de trazarse los límites de lo que es aceptable decir y se busca impedir la difusión de ideas cuestionables. Y no solo la prensa es presa de esta tendencia, también los gigantes tecnológicos están colaborando para imponer limitaciones al discurso público.