En Hispanidad hemos repetido la idea de que el poder trata de eliminar a toda la prensa que no figure en el oligopolio de la medios tradicionales -los grandes medios- en el más oscuro ataque a la libertad del prensa de todo el periodo democrático- los periodistas instalados se alían con el Sanchismo para acabar con esos medios. 

Sánchez quiere que no exista periodismo libre que le denuncie, salvo en las críticas, tasadas y regladas, perfectamente previsibles, de los grandes multimedia. Pero su intento totalitario tendría pocas garantía de éxito si no contara con el apoyo de los editores y de los periodistas instalados, esos que pretenden que nadie pueda ser considerado periodista salvo ellos mismos.

No en vano, el presidente pedía recientemente que se aplaudiera -igual que en la Pandemia- a todos los servidores públicos a los cuales "toda esta amalgama de desinformadores y de bulos, lo que hacen es señalar injustamente".

Y, entre esos desinformadores, además de Vito Quiles (EDA TV), ninguneado una y otra vez en el Congreso, se suma ahora Iker Jiménez ('Horizonte' y 'Cuarto Milenio'), para quien se ha llegado a pedir que se le retire la publicidad de sus programas, por difundir bulos. Porque es precisamente así, como se asfixia a un medio. Y esa es la baza que juega el Gobierno Sánchez.

Ojo, porque en el caso de Quiles, la Asociación de Periodistas Parlamentarios -también la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (Fape) y la Asociación de la Prensa de Madrid (APM)- solicitaron en su día que se retirara la acreditación de prensa al periodista. Es decir, periodistas pidiendo que el Congreso  expulse a otros periodistas. 

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Entre los primeros en retirar su publicidad, el banco ING. Bajo el ladillo 'Desinformación' (esto no es baladí, porque señala a los periodistas o medios que no aceptan el dictado del Gobierno), El País titula: "El banco ING retira su publicidad del programa de Iker Jiménez “por la polémica generada en los últimos días"".

Una decisión la de la entidad bancaria que ha provocado esta reacción entre sus clientes: 

 

 

Y, aquí, la contestación del banco... conste que suena a excusa y, no muy buena.

Volviendo al acoso actual al periodismo independiente, no hay que olvidar que los editores pretenden, además, que el pastel, se siga repartiendo entre unos pocos. Y encima, se encarga la persecución de bulos, entre los pequeños, naturalmente, a la socialista Cani Fernández, presidenta de la CNMC, experta en materia económica, no informativa, seguramente con el objetivo de que consagre el oligopolio de los grandes editores... en nombre de la libertad de prensa. ¡Toma ya!

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En Hispanidad, recordábamos también que alguien podría decir que la FAPE sí que ha hablado, al menos por dos veces, en defensa de los periodistas... pero no es asi. Hablar en defensa de los periodistas sin distinguir entre medios grandes y pequeños tiene incluso pecado. No es una pelea de Sánchez contra la prensa y los periodistas: es una pelea de Sánchez, en alianza con los grandes medios, contra los medios pequeños, es decir, contra la prensa independiente del Internet. Y en una batalla de estas características hablar de "los periodistas", en su totalidad manifiesta, que diría Forges, es de una hipocresía lamentable. Otra vez, como diría Chesterton, no estamos en la batalla de lo público contra lo privado: estamos en la lucha de los grandes contra los pequeños. Y son los periodistas de los medios grandes... los que dominan la FAPE, la APM y todo lo demás.

Son los mismos editores y periodistas -y asociaciones- que no sólo han renunciado a ser el contrapoder que siempre fue la prensa sino que, además, se ensañan con los pequeños que les están arrebatando los lectores, sobre todo el lector más inteligente, aquel que no está dispuesto a admitir las medias mentiras del oligopolio, tan amante del rigor y tan poco amante de la verdad.