Comenzamos esta crónica semanal de persecución a los cristianos en China, que sufre una dictadura totalitaria comunista, la cual destruyó recientemente una iglesia que podía albergar hasta a 3.000 personas y detuvo a sus pastores, informa The Christian Post.
China Aid, un grupo cristiano internacional sin fines de lucro de derechos humanos con sede en Texas, informó del incidente. Según el grupo, las autoridades chinas no proporcionaron documentos legales para justificar la demolición.
La iglesia estaba ubicada en Funan, provincia de Anhui. Sus pastores, Geng Yimin y Sun Yongyao, fueron detenidos bajo sospecha de "reunir una multitud para perturbar el orden social".
El presidente de China Aid, Bob Fu, dijo en un comunicado que el incidente fue "otro ejemplo claro que muestra la escalada de la persecución religiosa hoy por el régimen comunista chino".
El presidente de China Aid, Bob Fu, dijo que el incidente fue otro ejemplo claro de la escalada de la persecución religiosa por el régimen comunista chino
“El desprecio total de la protección de la libertad religiosa como está consagrado en la propia Constitución del Partido Comunista le dice a todo el mundo que el presidente, Xi Jinping, está decidido a continuar su guerra contra los fieles cristianos pacíficos. Esta campaña seguramente fracasará al final”, continuó.
Si bien la persecución de grupos religiosos por parte de China ha existido durante muchos años, recientemente durante el mandato de Xi Jinping se produjo una ola de represiones contra las prácticas religiosas en China.
El gobierno comunista ha destruido o dañado varias iglesias, lo que refleja las preocupaciones sobre la creciente población cristiana del país.
Mehak pudo escapar de la violencia que vivía a través de WhatsApp, donde contactó con otras jóvenes pakistaníes que vivían en China su misma situación
Y de China a Pakistán, país en el que niñas cristianas son forzadas a casarse para abusar de ellas o convertirlas al islam. Un caso lo cuenta Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN).
Mehak Parvez, una joven cristiana pakistaní, sufrió la violencia de las redes de trata que son usuales en su país entre las niñas cristianas o de otras creencias que no sean del islam. Ella es de la provincia del Punjab, aunque trabajaba como esteticista en Islamabad, capital del país. Ella cuenta que volvió a casa de sus padres para asistir a la boda de una prima que se casó con un ciudadano chino.
“Durante la boda, le gusté a uno de los invitados del novio y éste me prometió que podía casarme con un hombre chino, alguien cristiano como yo, que me podría dar una vida acomodada para mí e incluso para mi familia”.
Mehak cuenta que su familia acordó en conocer a los hombres y un día se presentaron tres hombres chinos en su casa.
“Nos dijo que podía elegir a uno de los tres pretendientes y casarme con él. Aseguró que los tres tenían una posición económica estable y que regresarían a China después de la boda. Nos prometió a mi familia y a mí que se harían realidad nuestros sueños más ambiciosos”. A los dos días de escoger el pretendiente, Mehak tuvo su boda, el 19 de noviembre de 2018.
Me contaron que unas 1.200 muchachas cristianas habían sido atraídas como yo para casarse. En China estaban siendo tratadas inhumanamente, abusadas sexualmente
“Mi esposo y yo nos mudamos a Lahore, donde otros ocho hombres chinos vivían con sus esposas. Enseguida me di cuenta de que algo no cuadraba. Aunque el casamentero me había dicho que mi esposo era cristiano, nunca lo vi rezando o leyendo la Biblia. No me daba dinero para la compra, y a menudo me pegaba. Incluso confesó que sólo había fingido ser cristiano para que me casara con él”.
El arzobispo de Lahore, Mons. Sebastian Francis Shaw, es una de las personas que han denunciado públicamente el aumento de las niñas de minorías religiosas, tanto cristianas como hindúes víctimas de la trata de personas. Algunas de ellas tienen riesgo de ser casadas a la fuerza con hombres musulmanes que tienen la intención de convertirlas al islam. Una investigación hecha en la provincia de Punjab afirma que hasta 700 niñas fueron secuestradas el año pasado.
Mehak pudo escapar la violencia que vivía a través de un grupo de WhatsApp en el que consiguió contactar con otras jóvenes pakistaníes que vivían en China y tenían su misma situación. “Me contaron que unas 1.200 muchachas cristianas habían sido atraídas como yo para casarse. En China estaban siendo tratadas inhumanamente, abusadas sexualmente”.
Ella se puso en contacto con Saleem Iqbal, un activista de Derechos Humanos que denuncia este tipo de delitos. Con su apoyo, se denunció la trata de estas jóvenes en medios de comunicación, en agencias gubernamentales y en fuerzas de seguridad. De esa manera, han conseguido desmantelar esta red criminal. Hasta 15 ciudadanos chinos han sido acusados de trata de personas.
Después de todo lo que Mehak Parvez ha vivido, ella hace un reclamo más:
“Pido que no nos olvidemos de las miles de chicas que todavía están en China esperando nuestra ayuda”.