Mónica García, a la sazón ministra de Sanidad, anunció este lunes la creación de un registro con los médicos objetores al aborto, “para que ninguna comunidad autónoma se pueda amparar en ese vacío legal”, afirmó durante un desayuno informativo organizado por Nueva Economía Forum.

Lo cierto es que ese registro no es nuevo, lo que sucede es que hace cuarenta años, cuando se legisló sobre el asunto, el gobierno central no se atrevió a concretarlo porque temía que se apuntaran todos los sanitarios y quedara de manifiesto el rechazo masivo de la profesión a la matanza del aborto.

Recuerden el caso de la doctora Elisa Sesma (año 1985), que se mudó de Logroño a Pamplona para realizar abortos, porque ningún médico de Navarra estaba dispuesto a matar al niño en el seno de su madre. Y no sólo en Navarra, sino en toda España. Tanto es así, que las abortistas aconsejaban a las mujeres que fueran por urgencias, para que el médico de turno no tuviera más remedio que matar al bebé.

Con la declaración del aborto como derecho -ley de Bibiana Aído-, la presión sobre los médicos se intensificó de manera brutal: negarse a liquidar al niño era negar el derecho de la madre a matar a su hijo.

Actualmente, sin embargo, la situación ha cambiado y ya existen médicos dispuestos a perpetrar esta atrocidad, por lo que García presentará el borrador de registro de médicos objetores en los próximos días.

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En cualquier caso, el 81,45% de los abortos quirúrgicos en 2023 se produjo en centros privados, porque los médicos con plaza en los hospitales públicos se resisten a la matanza, aunque sea únicamente porque tienen estómago y no estudiaron medicina para cargarse a otro ser humano cuya única diferencia es que todavía no ha salido del seno materno.

El caso es que ahora, García le da la vuelta al argumento, como si las CCAA fueran las culpables del vacío legal existente desde hace cuarenta años. La ministra de Sanidad, cuya jornada laboral se podría reducir, no ya a 37,5 horas a la semana, sino al conjunto del año y le seguiría sobrando tiempo en el ministerio, se quiere apuntar el tanto de las listas negras de médicos provida, y ese será su gran legado.