El 89,1 por ciento de los españoles cree que en este momento se está produciendo cambio climático, una situación que le preocupa "mucho" al 44,6 por ciento de la población y al 36,5 por ciento, "bastante", según la encuesta sobre cuestiones de actualidad del mes de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).

La consulta, realizada por teléfono a 2.357 españoles en 731 municipios de 50 provincias españolas, refleja que el 8,2 por ciento de la población no cree que en este momento se esté asistiendo al cambio climático, mientras que el 2,4 por ciento no sabe.

Ya en abril Ipsos, multinacional dedicada a la investigación de mercados, desarrolló un estudio en el que concluyó que España es el segundo país europeo más preocupado por los efectos del cambio climático por detrás de Italia.

Además, el estudio reflejó que la ciudadanía mundial considera que existe una responsabilidad compartida entre el gobierno, las empresas y los individuos para hacer frente al cambio climático, pero existe un desconocimiento generalizado sobre cuáles son las medidas que a nivel individual se pueden adoptar para cuidar del planeta. No obstante, a pesar de ello solo 4 de cada 10 personas en el mundo considera que el Gobierno de su país tiene un plan claro para actuar de forma conjunta para afrontar el cambio climático.

Las conclusiones de Ipsos reflejan que el cambio climático no es la principal preocupación de la población pero sí es una de las diez primeras inquietudes principales de los ciudadanos a nivel global. Los ciudadanos no están solo preocupados, en un 68%, por los efectos del cambio climático a nivel global, sino que también lo están por las consecuencias en el resto del planeta, algo que le ocurre a 7 de cada 10 personas en todo el mundo.

Además, el 70% de los encuestados estimaba que de no actuar pronto se habría fallado a las próximas generaciones, un porcentaje que crece en 4 puntos en el caso de España, el 74%.

Asimismo, el 57% confía en que en los próximos 10 años habrá avances significativos en la lucha contra el cambio climático en su país, lo que evidencia la escasa confianza en que los Gobiernos pongan en marcha los planes necesarios para combatir el cambio climático repercute en las expectativas de la ciudadanía sobre el futuro. Menos mal que en España siempre nos quedará Teresa Ribera.