Condenado a un año y ocho meses de cárcel, es decir, a un pelo de entrar en prisión, un hombre, por ahogar a la perra de su entonces pareja sentimental, una schnauzer, raza simpática.
Dado que la perrita tenía 17 años, es decir, unos 110 años humanos, yo no diría que el condenado mató al can, yo diría que le aplicó la eutanasia, que, como todo progresista sabe, constituye un derecho del hombre y debería ser también un derecho del perro, una muerte digna. El ahogamiento es una muerte de lo más digna.
Me gustan los perros mientras se comporten como perros... y mientras les tratemos como a perros
Me gustan los perros mientras se comporten como perros y mientras sean tratados como perros. Verbigracia: un chucho nunca podrá sustituir a un niño, al menos por dos razones:
- El perro no nos pagará la pensión.
- El perro no sabe no querer y por eso no puede ofender. Su afecto no tiene mucho valor. El hijo sí, y cualquier ser humano también. Su amor tiene muchísimo valor porque también podría odiarnos.
Matar a un pobre schnauzer es una crueldad estúpida y sin mérito alguno (si al menos se tratara de un dóberman), pero es menos grave que abofetear al vecino... y por una bofetada no te condenan a un año y ocho meses de prisión.
El afecto de un animal no tiene mayor valor porque no puede no quererte. El hombre sí
Pero esto no es lo peor. Lo peor es que, por ejemplo en Madrid, el número de perros ya supere al número de niños, es porque estamos perdiendo el sentido de la paternidad y empezamos a perder el sentido de la maternidad.
Chesterton decía lo siguiente: “Los hombres están empezando a rebelarse, se nos dice, contra la vieja costumbre tribal de desear la paternidad. El varón se está despojando de los grilletes de ser creador y hombre. Cuando todos no tengan sexo, habrá igualdad. No habrá mujeres ni hombres. No habrá más que una fraternidad, libre e igual. El único pensamiento de consuelo es que esto solo durará una generación”.
Muy cierto: tener hijos sólo acarrea un problema: corremos el riesgo de ser la última generación de humanos sobre la faz de la tierra. Eso sí, salvaremos al planeta... ¿o no?