España es uno de los países con menor tasa de natalidad del mundo. En 2023, el número de nacimientos cayó al mínimo histórico y, por supuesto, fue muy inferior al número de fallecimientos, como adelantó Hispanidad. Sin embargo, la población española aumentó en 2023 y lo hizo gracias, y sólo gracias, a la inmigración.

En este contexto de pocos nacimientos y mucha inmigración, el número de nacionalizaciones se disparó un 32,3% durante el pasado año, hasta un total de 240.208 personas, el equivalente a la población de Vitoria o La Coruña.

Según la estadística publicada este viernes por el INE, las nacionalidades de origen más frecuentes fueron Marruecos (54.027), Venezuela (30.154) y Colombia (18.738). Son datos para la reflexión, porque no es casual que la planta y el bronce sean para la Venezuela de Maduro y la Colombia de Petro.

Si miramos a las comunidades autónomas, resulta que la mayor parte de las nacionalizaciones se produjeron en Cataluña (60.846), seguida de la Comunidad de Madrid (50.049). Por el contrario, Ceuta (317) y La Rioja (952), fueron las que menos y las únicas que no alcanzaron el millar de nacionalizaciones.

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En cuanto al país de nacimiento, España fue el país más frecuente (52.451), seguido de Venezuela (29.581), Marruecos (24.078) y Colombia (18.428).

En definitiva, la población española aumenta, pero únicamente por la llegada de extranjeros. Urge fomentar la natalidad y para ello qué mejor medida que el salario maternal, como ya existe en otros países europeos.