Internet anda sobradas de genialidades que los verificadores -o sea los nuevos censores- intentan detener para que no se contemple que el emperador va desnudo, pero reconozco que esta es una de las mejores genialidades que he visto.

Es uno de esos memes que hay que contemplar con calma, sin precipitarse, reparando en cada uno de los bocadillos, pues cada uno de ellos daría para una tesis doctoral. Utiliza un cuadro sobre la crucifixión de Cristo, ejecutada por unos verdugos a sueldo del procurador romano Poncio Pilato y la ayuda de los legionarios romanos. No se pierdan el recorrido.

Tengo una familia que mantener”. Me contaba un veterano periodista que cuando en la postguerra comenzó a trabajar en un diario madrileño, el director advertía a sus redactores: si me contáis que os habéis vendido por dinero, os echaré una bronca pero os perdonaré. Si me decís que os habéis vendido por una señora, me enfadaré pero os perdonaré. Pero como me vengáis diciendo que os habéis vendido porque tenéis una familia que mantener, os despido sin contemplaciones. Pues eso, que tengo que sacrificar al Redentor porque tengo una familia que mantener.

¿Qué me dicen del “yo cumplo órdenes”? La obediencia debida es una de las grandes coñas del mundo moderno. Con ella se han justificado tantas y tantas barbaridades…

No puedo perder el trabajo”. Llevamos cuarenta años de paro crónico en España, así que el trabajo se ha convertido en el tesoro más preciado y en la raíz de todas las incoherencias. Aunque se trate de un trabajo basura. Esta disculpa también recuerda lo de Chesterton: con su incorporación al mundo laboral, la mujer ha pasado de ser la reina de su hogar a ser la esclava de su jefe… o jefa. Pero dejemos eso.

"Yo estoy siguiendo el protocolo”... de la pena capital, claro está. La mejor excusa del siglo XXI. Qué hay que hacer, no ya ante una emergencia, sino ante cualquier interpelación a la conciencia personal: seguir el protocolo, naturalmente, aun en el caso de que se trate de una bestialidad, si sigues el protocolo estás en orden, muchacho… hasta para asesinar el Redentor.

El condenado no hizo lo que le dijeron que hiciera”. ¡Esto es genial! Supone la confusión. Escuchen a Francina Armengol, entre legal y legítimo, raíz de tantas bestialidades cometidas a lo largo de la historia. Las normas hay que cumplirlas aunque sean incumplibles o, lo que es peor, injustas. El Hijo de Dios no hizo lo que le dijeron que hiciera: ¡Cállate hombre, no seas pesado! Sí, ya sé que lo que dices es justo y criticas la injusticia pero muchos lo han dicho antes que tú y no ha servido para nada: Nazareno, te la estás buscando. La víctima se convierte en un verdugo y el verdugo se presenta como víctima. Es la gran impostura de la modernidad.

Pero, qué quieren que les diga, para mí, el mejor de todos es este: “Dijeron que atentaba contra nuestras vidas”. Si todos los anteriores resultan cachondeables, en este la enjundia es aún más puñetera. Ya no es que la víctima actuara tontamente. Es que, además, actuaba con maldad: estaba poniendo en peligro nuestras vidas. La verdad es que no la ponía él: la ponía la autoridad romana y los jerifaltes jurídicos a los que había osado retar. Porque Cristo no mataba, los que mataban eran Pilatos, Herodes y Caifás. Pero claro, el romano, el reyezuelo y sus sacerdotes no eran verdugos sino víctimas, no eran los atacantes sino los que se defendían de quien ponía en peligro sus vidas. En cualquier caso, el crucificador lo había oído… de buena tinta.

No he visto mejor retrato de la sociedad actual que esta meme de Internet. Todos los editoriales, ensayos y tesis palidecen ante esta genialidad.