El delegado del Gobierno en Madrid, el socialista Francisco Martín, parece empeñado en que no se rece el rosario en la puerta de la iglesia del Inmaculado Corazón de María, situada en la esquina de las calles Ferraz y Marqués de Urquijo, y continúa con su cacería.
Para empezar ha vuelto a multar a José Andrés Calderón, el promotor del Rosario en Ferraz, con 600 euros. El informe policial le responsabiliza de unos incidentes que tuvieron lugar el 16 de mayo, cuando ya había terminado del rezo, pero para los agentes "el motivo de inicio de los mismos [fueron] las proclamas que el convocante realizó por medio de megafonía".
Los 'terroríficos' incidentes fueron un enfrentamiento verbal entre un supuesto participante en el Rosario y el conductor de un vehículo, que obligó a la intervención de dos agentes, y el lanzamiento de una botella de agua contra un policía.
Calderón reprocha al delegado del Gobierno acudir a "la mentira y la calumnia" para acusarle de infracciones que no ha cometido y reprocha a los autores del informe policial que hagan "un relato falso de los hechos", y los acusa de ser unos "chapuceros" porque en el mismo informe reconocen "el convocante José Andrés se desvincula de la concentración en contra del Gobierno en todo momento" y "desaparece del lugar nada más terminar el citado rezo".
"En principio, como convocante, soy responsable de lo que suceda durante la concentración. Pero... ¡efectivamente, de lo que suceda de 19.00 a 20.00! De lo que suceda a partir de las 20.00, en unas manifestaciones que vienen produciéndose desde antes de que yo empezase a convocar el Rosario, ni soy responsable ni soy absolutamente nada".
Por otro lado, la delegación del Gobierno ha prohibido el Rosario los días 1 y 2 de julio porque la solicitud llegó fuera de plazo, por lo que Calderón solicitó una subsanación de urgencia que también le ha sido denegada.
No es la primera vez que Martín, ex colaborador de Sánchez en Moncloa y persona de gran profundidad intelectual y una valentía inigualable, intenta suprimir el rezo del rosario en Ferraz. Lo ha procurado de todas las maneras, incluso mediante cargas policiales contra los asistentes, algunos de avanzada edad. La obsesión antimariana del amigo de Sánchez empieza a resultar patética.