Al rebufo del caso Begoña Gómez, que, al parecer, no se queda en “nada de nada” sino que se hincha cada día, RTVE ha iniciado una nueva consigna, en este caso referida a la asociación Hazte Oír. Ya no la califica de organización ultra-derechista sino de organización ultra-católica. El matiz es importante.
Hazte Oír es una filial del grupo de origen mexicano Yunque, que defiende, de forma inequívoca, el ideario cristiano, además de hacerlo con mucha inteligencia y valentía. El único problema y por lo que siempre ha tenido problemas con la jerarquía eclesiástica es su secretismo, que resulta... ligeramente molesto.
Por lo demás, Hazte Oír no es una organización ultra-católica: es una organización católica.
Estamos llegando a un grado de cristofobia que el cristiano deberá optar entre la violencia y el martirio. El martirio debe ser la última opción, pero, la primera opción es... no callar ni debajo del agua, y jamás mundanizarse
Ahora bien, RTVE, controlada por Pedro Sánchez como nunca lo había sido la televisión pública, jamás, desde 1978, dedicada a manipular la realidad para defender a su amo, ha descrito la nueva demanda judicial de Hazte Oír contra el Gobierno más corrupto de toda la etapa democrática, como la perpetrada por una organización “ultracatólica”.
¿Comprenden? Toda la derecha es ultraderecha y el católico es ultracatólico: Do you understand? Y si discrepas... eres un ultra y debes ser expulsado del foro público.
Ojo, porque de la cristianofobia estamos pasando a la cristofobia, como siempre ocurre. El siguiente paso será prohibir a Cristo: en ello estamos.
Católicos: os aconsejo que os vayáis preparando. La guerra no va a comenzar: ya ha comenzado. Si no os preparáis para la batalla es que ya la habéis perdido
Llegará un momento en que los católicos deberemos optar entre el martirio y la violencia, que algunos califican como legítima defensa. La última opción debe ser el martirio. Sí, pero, ojo, en el entretanto, no hay que callar ni debajo del agua. Ni tampoco, atención, mundanizarse, esto es, aceptar los planteamientos cristófobos para evitar la lucha, que siempre es un mal rato. Eso jamás, O como se dice ahora, eso no es una opción.
Al menos, no lo es para un cristiano, según las palabras de Cristo: “A quien me negare delante de los hombres yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.
En cualquier caso, católicos: os aconsejo que os vayáis preparando. La guerra no va a comenzar: ya ha comenzado. Si no os preparáis para la batalla es que ya la habéis perdido.