Para certificar su sesudo 'descubrimiento' El País se ha basado... en el CIS del insigne Tezanos. Así que, háganse la idea de que, de entrada, nada puede fallar.

Según este barómetro, el 51,2% de los votantes de Aliança y el 38,7% de Vox enviaron o reenviaron mensajes de whatsapp, tuits, posts o correos electrónicos relacionados con partidos o candidatos, por únicamente el 17,7% de la media. "Y esta implicación digital de sus votantes parece clave en la expansión de un ideario ultra que escurre a través de los canales digitales los filtros de los profesionales de la información. Sea información contrastada o pura desinformación, los mensajes más extremos encuentran su sitio en la red y se expanden a través de la mensajería instantánea".

El CIS confirma -continúa El País- que los partidos ultra han arrinconado a los medios tradicionales: sus votantes se informaron principalmente por redes sociales durante la pasada campaña el doble que la media catalana (un 36,6% por los AC y un 28,8% por los de Vox; por el 16,2% global). También destaca el consumo en blogs o foros de debate no oficiales o colegiados. En cambio, el consumo informativo por televisión (18,2% de Aliança y 25,8% de Vox) fue notablemente menor que la media (35,8%), patrón que se repite en la prensa o la radio, aunque en menor medida.

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Y con este panorama, no le quedó más remedio a Pedro Sánchez -viene a explicarnos El País- que anunciar un plan anti-bulos que busca reducir la financiación pública a los medios con escasa voluntad periodística. En Hispanidad, sin embargo, lo hemos descrito como el intento del Presidente de acabar con la libertad de prensa. Para ello, amenaza a las empresas: cuidadito con dónde os anunciáis y a qué medios patrocináis. Se podría decir que respecto a este asunto Hispanidad y El País se parecen tanto, como los votantes de Vox  y los de Aliança. es decir, como un huevo a una castaña.

Y es que, si bien es cierto que ambas formaciones políticas tienen en común su intento de controlar la entrada de inmigación ilegal en España, mientras los de Abascal abogan por proteger la unidad del país contra la amenaza que supone la islamización de ciertas zonas, los de Silvia Orriols piensan, como dijo su líder en una entrevista en La Sexta, que: "El Estado español quiere aniquilar la raza catalana con inmigrantes conflictivos".

De hecho, la alcaldesa de Ripoll ha sido denunciada en más de una ocasion por islamofobia. Por ejemplo, en octubre del año pasado, la Generalitat de Cataluña multó a la regidora con 10.000 euros por decir que el islamismo radical va en contra de los valores occidentales. Y más recientemente, la Fundación Ibn Battuta, que asiste a la comunidad árabe en Europa, ha presentado una denunciado contra la regidora, por delitos de odio y por negar el empadronamiento a personas migrantes de origen islámico.

Pero, volviendo a la encuesta del CIS y a esa similud que encuentra El País entre votantes de Vox y Aliança, podemos concluir que, todo vale, con tal de demostrar la perfidia de la ultraderecha.