Irene Montero en su faceta de aprendiz de brujo, lanza la Ley Trans para garantizar los derechos de este colectivo, mientras se olvida de calibrar sus consecuencias. Por ejemplo, que las agresiones sexuales con penetración cometidas por mujeres se han multiplicado por siete en cuatro años, pasando de 25 en 2019 a 174 en 2023. Esto es, se han disparado un 700% en menos de un lustro. Lo ha recogido The Objective de cifras incluidas en el Informe sobre Delitos contra la Libertad Sexual en España. Las feministas atribuyen este auge a la aprobación de las leyes trans autonómicas y de la nacional, que entró en vigor el 2 de marzo del año pasado, dado que dicha norma permite que las mujeres trans puedan ser consideradas legal y estadísticamente como mujeres pese a conservar intactos los genitales... con los que podrían realizar tales agresiones.  

A la vista de tales cifras, cabe pensar si la intención de varones que se autoperciben mujer no será sino fornicar, copular y agredir a sus anchas, bajo una autopercibida identidad que les sirve de coartada para cometer el delito y no sufrir la pena que les correspondería cuando se trata de varones que agreden sexualmente a una mujer. 

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En dos años pues, las agresiones sexuales con penetración de autoría femenina se duplicaron, pasando de 25 en 2019 a 50 en 2021. En 2022 estas ya ascendían a 124. Lo resalta la feminista Nuria Lorca, que ha interpelado en la red social X a los Ministerios de Interior e Igualdad: «¿Nos váis a contar cuántas de las agresoras tienen pene?».

Así que, a la lista de innumerables 'éxitos', cosechados por su Ley del Sólo sí es sí, la exminista de Igualdad -ahora luchando por el feminismo, la paz y otros nobles fines desde Bruselas, con su chupipandi- hay que sumar ahora efectos como este. ¡Grande sos, Irene!