El declive progre de la tradicional derecha, eso que antaño reconocíamos como Partido Popular, es incontenible. Un partido que era fuerte gracias a la generación de hombres y mujeres que salvaron a España con Franco, en la democracia transitoria y la cultura de la vid, entendida esta como la vida sana, la del valor, la del esfuerzo, la valiente que luchó sin apenas medios y la fuerte que sostuvo familias numerosas que dieron el cuerpo social y necesario para la marcha coherente y denodada, la clase media.
José María Aznar logró introducir en España la derecha liberal, quizá sus dos legislaturas hayan sido las más prósperas económicamente hablando de la democracia, con sus luces y sus sombras, claro, pero con un lanzamiento como país que competía en los mercados internacionales como una potencia brillante. El 11M fue una operación diseñada para romper el trayecto que parecía que jamás sería posible retornar a la izquierda socialista.
Superado el túnel zapateril, un agujero oscuro de desempleo, con un efecto dominó en la ruina de empresas y por lo tanto del tejido de la clase media, el PP retornó al poder con Mariano Rajoy, aupado gracias al voto mayoritario de las generaciones, otra vez, provenientes del pasado de Franco y también de muchas otras generaciones que ni le conocieron, pero que sí habían conocido un pasado mejor que el de los sectarios años de Zapatero. Rajoy obtuvo una mayoría desconocida en el parlamento español. Una mayoría usada paradójicamente, en la que no había consenso para deshacer las leyes ideológicas de PSOE como el aborto, la memoria histórica, el matrimonio homosexual, o el divorcio exprés... Razones por las que realmente le votaron una gran mayoría, confiando en las promesas hechas desde la oposición. Sin embargo, ¡oh!, esa falta de consenso se pasó por sus partes pudientes cuando se trató de la reforma laboral.
La segunda, fue una esquelética legislatura para Mariano Rajoy, porque los que le confiaron su voto en la primera para que cambiara las cosas de ZP, se sintieron utilizados, manipulados y ninguneados. Y es que en política puede o no gustarte lo que haga un líder, pero lo que nunca te perdonarán será que les engañes, excepto que seas de la nueva izquierda, porque según las previsiones de votos, sus votantes repetirían mientras que este gobierno, su gobierno social-podemita, ha mentido tanto, ha dicho lo uno y lo contrario tantas veces, que ya no diferencian entre digo y Diego mientras sus aplausos siguen en bucle.
Pero desde el … ¿Me puede decir alguien en qué se diferencian con la izquierda de este país?
Ahora, con un PP acobardado y empequeñecido porque Vox le come la tostada, Pablo Casado lleva a su partido a la deriva progresista, verdadera bandera izquierdista, pero en su caso su progresía es de corte liberal. Asumen, promulgan, reafirman las mismas ideas progres que la izquierda instaura en sus gobiernos y que insultan la inteligencia del sentido común. El Partido Popular se tira al centro, eso dicen ellos, porque pretende recoger los escombros de las urnas de Ciudadanos e incluso de los votantes socialistas que huyen esquilmados por un Pedro Sánchez que vive a penas de la percha y que solo le creen los que no escuchan qué dice ni cómo mienten, que son legión.
Desgraciadamente el vuelo globalista del buitre ha conseguido instaurar la ideología de género, no solo en la práctica real a base de leyes indignas y por la propaganda de voceros en casi todos los medios de comunicación donde trabajan a sueldo de los plutarcas mundiales. También han conseguido inocular la idea de que lo que pretenden no es otra que la deconstrucción antropológica de la persona y la sociedad.
Sólo desde la formación de un juicio crítico, desde la garantía de una moral asumida en la familia, con los recursos laicos que existen y desde la Iglesia, que nos ayude a discernir el bien del mal, seremos capaces de dar la vuelta al mundo como lo hicieron otras civilizaciones, culturas y/o las crisis propias de los cambios de era como la que vivimos en la actualidad. Épocas en las que ni siquiera existían los fundamentos judeocristianos que en occidente han elevado a hombres y mujeres hasta lo más alto propiciando naciones nobles.
Pero desde el Partido Popular de Mariano Rajoy que borraron el apelativo de cristiano, hasta hoy, ha sido un viaje a la nada, al vacío existencial. Un partido zombi que vive de la vida de otros sin rumbo, solo con el objetivo de acceder al poder… ¿Me puede decir alguien en qué se diferencian con la izquierda de este país?
La ruptura (Almuzara) Fernando Jauregui. El autor es un reconocido periodista con más años de profesión que nuestra democracia, y ha visto cómo lo que fue el pilar básico de la transición que fue la Constitución, en los últimos años se va derrumbando por intenciones perversas para destronar a nuestro país hasta hacerlo desaparecer tal y como lo conocemos. Una obra sin componendas, sin guiños al poder: las amarras han quedado cortadas.
Constitucionalistas sin complejos (Sekotia) César Alcalá. El autor, un catalán historiador, hace un ensayo que como bien dice la colección Sin complejos, afronta la batalla interna de los políticos, no sólo en el marco de los espacios nacionalistas, si no en toda la condición geográfica española, porque desgraciadamente el cáncer separatista ha terminado contaminando al resto del país y abriendo una serie de debates colaterales que reavivan constantemente un fuego que aquellos que pueden hacerlo, no apagarán. Viven en la disputa y enfrentamiento. Un libro sin duda que merece la pena y mucho porque aclara ideas históricas, sociales y políticas importantes.
La Derecha (Almuzara) Juanma Badenas. El autor te deja en la bandeja de salida algunas preguntas que seguramente ya te hacías pero que no sabías responder: ¿Qué es la Derecha ideológica? ¿Puede haber política sin ideologías? ¿Ser de derechas es una cuestión económica? ¿Cuál es el mayor quebradero de cabeza que ha sufrido la Derecha durante los últimos doscientos años? ¿Existe un complejo de inferioridad de la Derecha respecto de la Izquierda? ¿Son compatibles la revolución y el conservadurismo? ¿Cuáles son los vínculos entre la Derecha y el Fascismo? ¿La dictadura de Franco fue beneficiosa para la Derecha española? ¿De qué manera influye la corrección política sobre la ideología conservadora? ¿Cómo debería articular la Derecha su discurso para ganar unas elecciones generales? ¿A qué clase social le convienen más los gobiernos de derechas? ¿Qué relación existe entre la Derecha y las empresas y los fondos multinacionales?