Día de la Salud Mental. No sé si está claro a qué nos referimos con esa expresión pero lo seguro es que la progresía imperante ha forjado un mundo tan depresivo que considera que salud mental y felicidad son una misma cosa y que ambas se consiguen financiando psicólogos. Si encima es con cargo al presupuesto público entonces se consigue la cuadratura del círculo. 

Doña Letizia Ortiz Rocasolano ha presidido un acto con motivo de Día de la Salud Mental en el que salió de pista solicitando más fondos públicos para luchar contra esta lacra, que, insisto, no sabemos lo que es, pero exige mucho más presupuesto que el actual, y eso sí que sabemos lo que es.

Lo cierto es que la tarea de la consorte del jefe del Estado no es solicitar más presupuesto: eso corresponde al Gobierno de la nación.

En estas, se ve que lo siente muy hondo, la Reina de España, autotitulada como tal para la ocasión, se puso a rapear, por una buena causa, que conste, lo que seguramente habrá salvado de su tendencia al suicidio a buena parte de los deprimidos, dado que no hay nada mejor contra la melancolía que la carcajada: pasen y vean.

Vamos, que Letizia rapea y la Reina de España hace el ridículo: Pasen y vean... Luego, como el artista que firma su obra, doña Letizia pidió a los medios que titulen La Reina de España rapea. Bueno, es reina consorte pero no de las que camina, como Felipe de Edimburgo, un paso por detrás de su cónyuge, el rey de verdad... tal y como hacía Felipe de Edimburgo, en un discreto segundo plano ante Isabel II.

Decíamos ayer, que doña Letizia, en un acto castrense, se negó a darle la mano al capellán castrense. Pues mire, señora, a lo mejor eso -no el capellán sino la esperanza en Cristo- tiene más que ver con la salud mental y la realización personal que ese incremento del presupuesto público que usted reclama para engordar la plantilla de psicólogos.