El actor Antonio Resines tenía puestas las tres dosis de la vacuna y ahora está grave, en la UCI de un hospital madrileño. Espero que salga de esta pero no deja de extrañarme que la reacción ante la noticia de nuestros autoridades sanitarias sea ésta: más vacuna. En algunos países especialmente histéricos y como Israel, Nueva Zelanda o Alemania ya están inoculando o programando la cuarta dosis. ¿Dónde está el final? Ni se sabe.
Y encima tiene uno que aguantar lo de que nos guiamos por argumentos científicos.
Eso sí, para que la gente no se rebele matiza unas excepciones difíciles de entender y que a buen seguro provocarán malos modos en las calles
El Consejo de Ministros del jueves 23, a continuación de la cogobernanza del miércoles 21, ha decidido nuevas medidas contra el Covid, con una lucha ente los gobiernos del PP y los nacionalistas o del PSOE por ver quién es más vasco. Ya saben, cómo en el chiste del vasco que para ser más vasco se quitó el cerebro.
Y todo esto es para comunicarles que la chifladura se ha apoderado de España:
Sánchez impone el bozal y humilla a los españoles pero estos agachan la cabeza. Hasta los expertos autorizados por el Gobierno desconfían del efecto de las mascarillas en exterior, porque el contagio, aseguran, se produce en el interior. Nos dicen que ventilemos y cuando nos podemos ventilar al aire fresco nos ordenan taparnos la nariz y la boca.
Eso sí, como la ministra de Sanidad, inefable Carolina Darias, sabe qué dedo está pisando y para que la gente no se rebele, matiza unas excepciones difíciles de entender y que a buen seguro provocarán malos modos en las calles. Sinceramente, si alguien ha entendido las normas que empezarán a aplicarse mañana día 24 de diciembre que levante el dedo.
Los contagios ya dicen poco: las muertes y las entradas en UCI -enfermos graves- dicen mucho más. Porque todo indica que nuestro sistema inmunitario, por fin, empieza a vencer al Covid
Por otra parte, los contagios ya dicen poco: las muertes y las entradas en UCI -enfermos graves- dicen mucho más. Porque todo indica que nuestros sistema inmunitario, por fin, empieza a vencer al Covid y hasta la OMS anuncia que el virus empezará a remitir en 2022. No lo sabe, naturalmente pero es lo que se percibe a ojo de buen cubero. Que nuestro sistema inmunitario, creado por Dios, no por Pfizer, empiezan a vencer el virus. Nuestro cuerpo, no la vacuna.
Pero ojo: la chifladura española es contagiosa: se extiende por todo Occidente. Los bárbaros han regresado, si no, reparen en Austria.