Los chinos se encierran de nuevo, lo cual está muy bien porque así baja el precio del petróleo. Pero, si el país originario del virus vuelve a encerrar a sus ciudadanos a lo mejor es porque volvemos a empezar, ahora que parecíamos haberlo superado. Shanghai, la capital económica china 'confitada' y paralizada.
Y si lo hemos superado, no es por mor de la ciencia, sino porque nuestro sistema inmunitario le está combatiendo con eficiencia... ¡y ya era hora!
En cualquier caso, los chinos, los principales beneficiarios del virus que nació en su predio, vuelven a amenazar. Y como allí no hay resistencia ciudadana, pues si no, te sacuden bien sacudido y a correr.
Al tiempo, la presión vacuneril desciende en España. Y es que ni la maquinaria de propaganda pública ha logrado acallar que los efectos de la tercera dosis no han sido los esperados.
Y seguimos sin saber nada del virus. Nada.
En cualquier caso, Pekín vuelve a encerrar a sus ciudadanos. Occidente debe interpretarlo como una nueva amenaza. Nada en el Partido Comunista chino es casual.