Es la gran virtud española: la alegría. En la tradición hispana siempre estamos buscando fiestas a las que dotar de sentido lúdico, no los días internacionales de Naciones Unidas y otras progresías. En España no se reúne uno con los amigos para beber, como ocurre en muchos países de Europa, sino que se bebe para vivir la amistad.
España inventó la alegría pero el virus nos ha convertido en un país triste
Pero la fiesta se acaba. Atención, si ayer hablábamos de la hepatitis infantil ahora, al alimón, Unicef más OMS nos advierten que rebrota el sarampión. En breve, no lo duden, volverá el mal de ojo brujeril, un virus muy antiguo que renacerá por mor de la superstición clerical que nos inunda.
Efectos colaterales del virus: lavado de cerebro global y ridículo universal.
Estos imbéciles nos llaman locos a nosotros. pic.twitter.com/7NR3V9LbnP
— Tony73 (@tony73_) April 22, 2022