Esto empieza a resultar ligeramente cachondeable. A ver: detenida una red que proporcionaba pasaportes Covid falsos. Entre los presuntos beneficiados, la actriz, galardonada con un Goya, Verónica Echegui, y Alex García.

Y esto es bello e instructivo, porque recuerda a la Ley Seca. Ya saben, la de Alfonso Capone, que propició un aumento del alcoholismo en Chicago: como no me quiero vacunar pero me obligas a vacunarme o me harás la vida imposible, he decidido inventarme la vacuna. A lo mejor es para pensar.

Mientras, el negacionismo, que más que una postura se ha convertido en un insulto, empieza a ganar adeptos cuando ya se van a cumplir dos años de la primera oleada, que fue la más grave, la única verdaderamente letal. Es lógico porque a medida que remitía el virus aumentaban las restricciones.

Y Sánchez asegura que ha salvado 450.000 vidas. Él solito

Puntos fuertes de la campaña del miedo, como la tercera dosis de la vacuna, las mascarillas, el trato a los niños, las mayores víctimas de la pandemia desde marzo de 2020, con dos años de persecución a los pequeños, son otros ejemplos de ese avance del negacionismo.

Pero el mensaje oficial, el mayor cúmulo de mentiras que recuerdo en mi vida de periodista, prosigue sin pausa. Ojo al dato: Pedro Sánchez pretende haber salvado 450.000 vidas gracias a las acertadísimas medidas que puso en marcha; por ejemplo, encerrarnos en casa u obligarnos a llevar la mascarilla también al aire libre. 

¿Comprenden por qué el negacionismo gana terreno?