Las muertes por coronavirus -el resto de estadísticas es secundario- siguen cayendo. Ahora bien, la batalla por la libertad no ha hecho más que comenzar. El insigne Alberto Núñez Feijóo, presidente de Galicia, mantuvo la exigencia de pasaporte Covid en hostelería y restauración hasta el pasado 25 de febrero y otras comunidades autónomas aún se resisten a derogarla. El presunto nuevo líder de la derecha española es un histérico de la sanidad que presume de político responsable porque se dedica a fastidiar al ciudadano. Perdón: a protegerle del virus.

Insisto: urgente terminar con el bozal, en exteriores, interiores o mediopensionistas. La batalla no ha terminado

En los países más progres de Occidente la situación aún resulta más tiránica que en España. Los chiflados que rigen Austria, Nueva Zelanda o Canadá, tan admirados en España aún persiguen a los no vacunados y se cierra la boca hasta con penas de cárcel a aquel que se atreva a discrepar de quienes Pedro Sánchez, ese insigne caradura, asegura que conforman la "comunidad científica".

E insisto: resulta urgente terminar con el bozal, en exteriores, interiores o mediopensionistas. La batalla contra el virus no ha terminado y la batalla por la libertad, aún va más retrasada.

Los obispos no pueden colaborar con el Sanchismo: la evangelización y los sacramentos no pueden estar sometidos a los protocolos Covid. Ejemplo: acabemos con el abuso de la comunión obligatoria en la mano

Una de las libertades más dañadas por el virus es la libertad religiosa. Y los obispos no pueden colaborar con el Sanchismo: la evangelización y los sacramentos no pueden estar sometidos a los protocolos Covid. Ejemplo muy concretito: acabemos con el abuso de la comunión obligatoria en la mano. Comulgar en la mano es un derecho pero no un deber. Es el fiel quien elige, y todo sacerdote que le obligue a comulgar en la mano está cometiendo un abuso. Pero los ejemplos que se podrían exhibir de cómo el Covid ha sido utilizado por todos los cristófobos para asfixiar la vida sacramental son muchos, demasiados.