En Vascongadas, el Gobierno Urkullu permitirá bailar en las discotecas pero, ojo, con mascarilla. Hay peligro de asfixia -es algo muy complejo esto de mover el esqueleto con bozal- no por problemas de inspiración, sino de traspiración- o quizás por eso han decidido compensarlo con concentraciones -creemos que sin batallón- en honor de Henry Parot. Ojo, ya no es marcha, ahora son concentraciones. No es lo mismo.
Es la desescalada, vigilada de cerca por Atresmedia y otros medios responsables, que inician sus telediarios, una y otra vez, con solidaria lucha contra la pandemia y contra la libertad. Creo que esto es a lo que llaman vuelta a la normalidad.
Jiménez Losantos chantajea a sus empleados para que se vacunen y riñe a Abascal
Los medios progresistas pero aun más lo de derechas, ejemplo, el radiofonista Jiménez Losantos ha asumido la labor de maestro para desasnar a ese chico, Santiago Abascal, que promete mucho pero necesita un par de tardes de formación en liberalismo y otras modernidades.
Losantos, un tipo inteligente y faltón, lo menos a partes iguales, recuerda la frase de Chesterton: sí, aún creo en el liberalismo pero añoro aquellos días rosados en que también creía en los liberales.
Pues bien don Federico, que no hace entrevistas sino que se entrevista a sí mismo, mantiene un diálogo con Abascal, donde el líder de Vox le dice que la vacunación debe ser libre. Federico le riñe y brama que en su emisora no entra nadie que no esté vacunado.
Es decir, que chantajea a sus empleados, que no pueden negarse sin perder el empleo a vacunarse. ¡Joé con el liberalismo!
Hay que enviar las vacunas que nos sobran a África. Por solidaridad
Más. Las autoridades -sanitarias, por supuesto- no saben qué hacer con los 6 millones de vacunas sin administrar. Pues muy sencillo: se envían al Tercer Mundo, naturalmente en un ejercicio solidario. Es como los yogures fuera de fecha: se donan vacunas a los africanos, que tienen tanta resistencia al virus como a los alimentos caducados. Somos así de generosos.