The Walt Disney Company parece que empieza a replantearse algunas cosas en cuestión de ideología, afortunadamente. Y es que ha decidido dar un paso atrás en la apuesta woke (ya saben, el último meneo ideológico del progresismo), pues ha retirado la historia de una mujer trans en la serie de animación original de Pixar Win or Lose (Ganar o Perder, en Hispanoamérica; o En la victoria o en la derrota, en España), la cual tiene previsto estrenar el 19 de febrero de 2025 en la plataforma de streaming Disney+.

El gigante de ocio y entretenimiento parece que no se atreve tanto al adoctrinamiento de niños (o corrupción de menores, como refiere Santiago Abascal, líder de Vox) con el tema trans. “Cuando se trata de contenido animado para un público más joven, reconocemos que muchos padres preferirían discutir ciertos temas con sus hijos en sus propios términos y plazos”, ha explicado un portavoz de la factoría de Mickey Mouse a la revista especializada The Hollywood Reporter. Por ello, eliminará algunas líneas de diálogo del citado personaje (una mujer trans) que hacían referencia a la identidad de género, pero seguirá estando presente en la serie animada.

La decisión no ha gustado a Chanel Stewart, la actriz de doblaje que da voz al personaje modificado... y que en la vida real es transgénero. Ahora tiene 18 años y le ha explicado a la publicación Deadline que estaba “muy desanimada” y que “las historias trans importan y merecen ser escuchadas”. Stewart se hizo con el papel cuando tenía 14 años y se enteró de que Pixar estaba buscando una niña trans auténtica de su edad para prestar su voz a una adolescente trans en una serie animada. El pasado lunes 16 por la noche, Disney llamó a la madre de Chanel Stewart, Keisha, para decirle que ya no se incluiría la historia tras en Win or Lose. En declaraciones a Deadline, esta última ha referido que “fue muy triste porque mi hija es transgénero y esta es su vida. Sentí que era muy importante que no ocultáramos ese hecho” y que “puede que haya algunos padres que no estén listos para tener esa conversación, pero este es el mundo en el que vivimos y todos deberían estar representados”.

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Win or Lose es una serie de dibujos animados sobre los miembros de un equipo de sóftbol (deporte parecido al béisbol, pero con algunas diferencias) mixto de la escuela secundaria Pickles, durante la semana previa a un gran campeonato. Ha sido creada y dirigida por Carrie Hobson y Michael Yates, y consta de ocho episodios donde en cada uno se narra la vida fuera del campo de un personaje distinto y su punto de vista.

No es la primera vez que Disney ha dejado de lado el tema trans, aunque ahora ha tenido mucha más transcendencia. Por ejemplo, ya pasó en la serie animada Moon Girl y Devil Dinosaur (Moon Girl y Dinosaurio Diabólico), del canal Disney Channel, donde se prohibió un episodio centrado en un personaje trans, según denunciaron algunos de sus trabajadores en las redes sociales. Sin embargo, Disney negó que se prohibiera y subrayó que la decisión de suspender el capítulo se tomó más de un año antes y no se debió a la inclusión de un personaje trans.

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La duda queda en el aire y más cuando la barbaridad trans ya ha provocado recelos en el apoyo que muchas compañías brindaban hasta ahora al lobby gay: así se ha podido ver, por ejemplo, en los bancos españoles Santander, BBVA y Caixabank. También cabe referir que estamos en pleno reflujo, pues Toyota, Ford, Harley-Davidson, Jack Daniel’s y John Deere han dejado de apoyar la agenda LGTBI. 

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Recuerden que la factoría de Mickey Mouse hace tiempo que renunció a que los contenidos fueran una propuesta inocente, teniendo en cuenta que la mayoría se dirigen a los niños, y se han convertido en instrumento de adoctrinamiento de niños sobre los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM). Estos últimos se resumen en ideología de género (feminismo, homosexualismo, personajes no binarios... e incluso se empezó a incluir el tema trans -pero ya se ha visto que este último es demasiada barbaridad y se ha empezado a dar marcha atrás- y en ateísmo (mucho panteísmo -así se vio en las películas de Avatar o El Rey León, entre otras-, nada de Dios -en Frozen 1 se prohibió la palabra Dios- y hasta negación de lo espiritual,... e incluso normalización del satanismo y protagonismo del demonio). Se ha llegado a reconocer la existencia de una agenda LGTBI de contenidos, entre cuyos ejemplos figuran las películas Mundo extraño y en la polémica Lightyear, pero no lograron mucho éxito en taquilla. Un adoctrinamiento que transciende los contenidos animados y también se ha podido ver en versiones de carne y hueso, como en la película biográfica Tolkien, donde se marginó el catolicismo del autor de El hobbitEl Señor de los Anillos y El Silmarillion; o en The Acolyte, con jedis negros y brujas lesbianas que se auto-inseminan… y no han gustado nada a los fans de Star Wars; o en la nueva Blancanieves, donde la necedad de lo políticamente correcto ha llevado a que los enanitos hayan sido creados por ordenador… para no ofender.