The Walt Disney Company insiste una y otra vez en su agenda LGTBI, pero ahora se está jugando mucho dinero. La película de dibujos animados Lightyear, que se estrena en cines el próximo viernes 17, ya está prohibida en 14 países musulmanes de Oriente Medio y Asia, y también en China por el beso lésbico que incluye. Entre los países musulmanes que han prohibido la película están: Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Arabia Saudí, Egipto, Kuwait, Omán, Catar, Jordania, Líbano, Malasia e Indonesia, entre otros.
El gigante de ocio y entretenimiento retiró en un primer momento la escena del beso entre dos personajes femeninos (uno de ellos es la astronauta Alicia Hawthorne, que también es afrodescendiente, ¡cuánta diversidad!). Sin embargo, ante las quejas de trabajadores y aliados de LGTBQ de Pixar Animation Studios a los líderes de Disney, afirmando que habían censurado activamente el “afecto abiertamente gay” en las películas, como informa el semanario estadounidense dedicado al cine y a la cultura popular Variety, volvió a incluir el beso lésbico.
Angus MacLane, director de la película, ha señalado que dicha escena “hacía que la experiencia fuera mucho mejor”. Mientras su productora, Galyn Susman, ha referido que “el beso ayudaba a poner más amor” en la cinta. Por su parte, el actor Chris Evans, que da voz al protagonista, Buzz Lightyear, ha afirmado que “es un honor formar parte del cambio que supone la inclusión social del colectivo LGTBIQ” y en una entrevista con Reuters ha ido más allá llamando “idiotas” a quienes rechazaron el beso lésbico.
Por otra parte, “sobre todas las cosas se debe proteger la inocencia de los niños y no ponerlos en situaciones en las que van a tener conflicto entre lo que es natural y aquellas situaciones en las que, si bien suceden, no son parte del común”, ha señalado Giuliana Calambrogio, a ACI Prensa. Esta madre peruana de ocho hijos y magíster en Matrimonio y Familia de la Universidad de Navarra, ha destacado que “un niño entre los cuatro y los seis años está en la edad del pensamiento imaginario, cree en los unicornios, hadas, Santa Claus, y por eso, algunos aprovechan esta edad para introducir la idea del género, de la homosexualidad, y tratar de normalizarlo, algo que además se convertirá en un patrón que verán durante todo su desarrollo debido al influjo cultural y de las películas”. Además, ha añadido que la escena lésbica en Lightyear “no es anecdótica, porque los niños van a ver en esta película a sus modelos, a sus superhéroes”, por lo que “entonces, se ve que el superhéroe avala la relación entre mujeres del mismo sexo, que busca equiparar esta relación afectiva a la relación matrimonial, cosa que no es igual”.
“Un niño entre los cuatro y los seis años está en la edad del pensamiento imaginario... y por eso, algunos aprovechan esta edad para introducir la idea del género, de la homosexualidad, y tratar de normalizarlo”, señala Calambrogio
El beso lésbico tampoco ha hecho ninguna gracia a muchos países musulmanes ni al gigante comunista chino. Las autoridades de los regímenes musulmanes del Golfo Pérsico han concluido que algunas partes de Lightyear “atentan contra los valores de la religión” (aludiendo al islam). Y ojo, no se puede olvidar que China es el mayor mercado mundial para el cine. Además, no han sido los primeros críticos con las escena ni seguramente serán los últimos: a finales de marzo, la asociación italiana Provita & Famiglia (Provida y Familia) articuló una protesta titulada ‘No más propaganda LGBT en los dibujos animados de Disney’ recogiendo firmas (ya lleva más de 36.500), señaló que “Walt Disney continúa usando sus productos para promover la ideología de género y LGBT frente a los niños de todo el mundo”, denunció que “bajo la presión de los poderosos grupos de presión gay y transgénero de EEUU, Disney incorporó un beso gay explícito” e invitó a boicotear Lightyear tanto en los cines (adonde llegará el próximo 17 de junio) como en la plataforma de streaming Disney+ (considerando incluso la opción de cancelar la suscripción).
La escena lésbica en 'Lightyear' “no es anecdótica, porque los niños van a ver en esta película a sus modelos, a sus superhéroes”, por lo que “entonces, se ve que el superhéroe avala la relación entre mujeres del mismo sexo, que busca equiparar esta relación afectiva a la relación matrimonial, cosa que no es igual”
En los últimos tiempos, en Disney abundan los ejemplos de su agenda LGTB, también recientemente ha anunciado que donará lo obtenido con las ventas de la colección Pride a jóvenes y familias del colectivo y habrá desfile del Orgullo en su parque de París. Una agenda cuyas riendas recaen en las manos de Susan E. Arnold, la primera presidenta del gigante de ocio y entretenimiento, quien además es lesbiana; y Bob Chapek, el CEO, quien fue el promotor de los desfiles del Orgullo LGTBI en los parques temáticos. Todo ello demuestra que Disney es un gran discípulo del Nuevo Orden Mundial (NOM), apostando por la ideología de género (feminismo y homosexualismo) y por el ateísmo (mucho panteísmo y nada de Dios). Por ello, hace tiempo que los contenidos dejaron de ser tan inocentes como deberían, teniendo en cuenta que una gran mayoría se dirigen a los niños, y ahora se han convertido en adoctrinamiento o “corrupción de menores” (como refiere el líder de Voz, Santiago Abascal). Menos mal que hay algunos que se atreven a hacer frente a la factoría de Mickey Mouse, como el gobernador del estado de Florida, el republicano Ron DeSantis, quien ahora se ha ganado el apoyo de Elon Musk como posible candidato a la presidencia en 2024: no sólo impulsó y aprobó la ley que prohíbe el adoctrinamiento en ideología de género de los niños en las escuelas, sino que también ha planteado que podría revocar el autogobierno del distrito especial del parque Disney World, es decir, sus privilegios fiscales.
Y prepárense, porque una ejecutiva de Disney, Karey Burke, ya refirió que “tenemos muchos, muchos, muchos personajes LGBTQI y, sin embargo, no tenemos suficientes narraciones en las que los personajes homosexuales simplemente se conviertan en personajes y no tengan que tratar sobre historias homosexuales”. O sea, que a partir de ahora no sólo habrá personajes de este colectivo, sino también muchas más narraciones de estos, pues la agenda es la agenda, a pesar de que esta ya ha despertado críticas entre sus propios empleados homosexuales. Lo que está claro es que a Disney le faltan ideas e insiste en la pornografía y en la agenda LGTTBQ+, al tiempo que no evita caer en más de un ridículo: el último se podrá ver en que el hada azul será ‘afrodescendiente’ en la película Pinocchio, la nueva versión en acción real de la marioneta de madera que se convierte en niño y que se estrenará íntegramente en la plataforma de streaming Disney+ el próximo 8 de septiembre.