No ha sido un curso sencillo este que ha terminado para la escuela no pública, en especial para la concertada, más aún para la religiosa, que es el objetivo final del Gobierno Sánchez. Desde que la Ley Celaa diera sus primeros pasos la constante ha sido, en resumen, la asfixia de la concertada. Y eso que la ministra que dio apellido a la nueva norma educativa, doña Isabel, se empeñara en aclarar que ella no iba en contra de la concertada. ¡Pues menos mal!
La concertada tiene que lidiar, por ejemplo, con la eliminación de la demanda social, precisamente, la 'ley Celaá' suprime el concepto de "demanda social" con lo que estos centros no podrán ampliar sus plazas, aunque haya padres que así lo quieran, si hay hueco para un alumno en la enseñanza pública.
Respecto a la demanda social y a la educación segregada, colegios que separan a niños y niñas en aulas diferenciadas, la presidenta de la CAM, ha impulsado la Ley Maestra de Libertad Educativa que preservará la demanda social y la educación diferenciada. La norma autonómica defiende que los colegios que separan a niños y niñas en aulas diferentes puedan seguir recibiendo conciertos porque considera que «no rompe la igualdad» y “es conforme a la Constitución”, frente a la ley estatal, que suprime los conciertos a este tipo de centros.
Pero, la realidad es tozuda y muchos padres -por mucho que insista Celaa, ellos son los que educan a sus hijos- optan por matricular a sus hijos en centros concertados o privados. Y, parece ser, que cada año el número crece. Por algo será.
La red de centros públicos perdió un 0,2% de de alumnos en el curso 2021-2022 respecto al anterior, mientras que los centros privados aumentaron sus matriculados un 0,4%.
Así se desprende del avance de la 'Estadística de las Enseñanzas no universitarias. Alumnado matriculado. Curso 2021-2022', publicado recientemente por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.
En concreto, en los centros públicos cursaron sus estudios 5.524.828 alumnos, 12.139 menos que en el curso anterior (el citado descenso del 0,2%), que representan el 67,1% del total, mientras que el 32,9% restante lo hizo en centros privados, lo que supuso un alumnado de 2.705.902, 10.574 alumnos más que en el curso anterior (+0,4%).
La red educativa estuvo conformada el pasado curso por un total de 28.395 centros, 19.134 de ellos de titularidad pública, y los 9.261 restantes, privados o concertados.
Y, ojo, no hay que olvidar algo que venimos repitiendo en Hispanidad, un alumno de la concertada le cuesta al Estado -es decir, a todos los españoles- 3.000 euros, uno de la concertada, 6.000.