Decíamos en Hispanidad que el Gobierno Sánchez insiste en que repetir curso es malo y en que el alumno vago -el que 'fabrica' la ley Celáa- debe promocionar de igual forma que el esforzado. Así llegaremos a una sociedad chulísima, 'made in' Yolanda y Sánchez: de hecho, actualmente, más de la mitad de los jóvenes prefieren no trabajar a ser infelices en su trabajo
Pero, centrándonos en la educación, recordemos cuando la entonces ministra doña Isabel Celáa defendía el decreto que permite pasar de curso y obtener los títulos de ESO y Bachillerato sin límite de suspensos y ha asegurado que “el sistema español es abusivo con las repeticiones”, ergo -pensamiento Celaá- quitamos las repeticiones. En dicho popular: muerto el perro, se acabó la rabia.
Pues bien, ahora el juez Emilio Calatayud, especializado como juez de menores, escribe en su blog: "Si os habéis fijado ya venden panceta y hasta torreznos ‘cero’, que se supone que quiere decir que no tienen calorías (o son bajos en calorías), ja, ja, ja. Pero si no tienen calorías no pueden ser panceta ni torreznos, digo yo. En realidad, si compras algo ‘cero’ sería como comprar nada, digo yo también. Pero a lo que vamos, hoy se usa el ‘cero’ para todo menos como nota escolar porque los niños se ‘trauman’. Se quitó y no ha vuelto. Yo lo echo de menos. Tuve unos cuantos de niño. Un chaval se puede tomar un refresco ‘cero’, pero no se le puede poner un ‘cero’ porque puede ser malo para su salud mental".
Lo dicho, el sistema educativo de Sanchismo está empeñado en cambias formación por emociones... y, si lo haces, consigues alumnos burros y vagos. Hasta la Real Academia Española lo advierte: estamos creando perezosos e ignorantes, a los que nunca se les ha exigido esfuerzo. Ahí queda eso.