Me encanta la progresía: cuando no sabe cómo solucionar un problema lo convierte en asignatura obligatoria para escolares. Con eso cree haber conjurado el mal. Y si no, al menos habrá creado puestos de trabajo.
En Extremadura, tres niños de seis años, torturan con sadismo y específica obsesión sexual a una niña de su misma edad: le destrozaron los genitales hasta donde pudieron. Insisto: seis añitos.
También en Extremadura, y esto es menos grave que aquello aunque resulte repugnante, unos adolescentes se dedican a utilizar un programa de la llamada inteligencia artificial y pegan cuerpos desnudos, adosados a caras de compañeras de la zona.
La educación sexual la deben impartir los padres en el hogar a sus hijos, no los profes en el colegio a unos extraños. Los padres aman a sus hijos, el docente se conforma con que el discente sea un buen ciudadano y que no delinca
Al tiempo, las violaciones, la prostitución, la pornografía y la impudicia no dejan de crecer. Quizás por ello, no oigo hablar de otra cosa que de educación sexual, "cuanto antes mejor", al parecer, el gran remedio contra una sociedad violentamente sexualizada por la pornografía y la rijosidad creciente, en ellos y ellas.
Educación sexual, naturalmente, a cargo de profesionales, que ya están surgiendo como hongos. Un sueldo es un sueldo... y desde la más tierna infancia.
Ni que decir tiene que la asignatura de educación sexual no sirve para maldita la cosa. La educación sexual la deben impartir los padres a sus hijos en el hogar, no los profes en el colegio a unos extraños. Los padres aman a sus hijos y por eso pueden introducir el amor, que es lo que eleva las relaciones sexuales al grado de relaciones humanas, a su plenitud. Por contra, al profesor le basta con inculcarle al niño que, a partir de la pubertad, no cometa delitos sexuales. Pero eso no es educar, eso, como toda normativa promulgada en el BOE, es coaccionar. Hacer las cosas, no por amor al prójimo, sino por temor al juez.
El sexo no se escoge, se acoge... o veremos en los coles a las brigadas de perversión de la infancia, explicando a indefensos niños impúberes que deben elegir, y practicar, qué quieren ser: si lo que son o su contrario
Por tanto, en materia de sexo, a los niños deben educarles los padres, no los profesores, porque la educación sexual consiste en explicarle al niño que el sexo y el amor van unidos... o ambos se pervierten al alimón.
Y hay más: el sexo no se escoge, se acoge... o veremos en los coles a las brigadas de perversión de la infancia, explicando a indefensos niños impúberes que deben elegir, y practicar, qué quieren ser: si lo que son o lo contrario.
No elegimos nacer, no elegimos donde nacemos, con qué sexo nacemos, si somos altos o bajos, españoles o chinos, ricos o pobres, tontos o listos pero, miren por dónde, sí tenemos que elegir el sexo al que pertenecemos. Que no, que el sexo no se escoge, se acoge y con agradecimiento, como todo lo demás, porque todo nos ha sido dado... y esto no es una creencia, es un hecho.
El sexo es amor y paternidad... o es destrucción, toda la educación sexual se reduce a esto: antes del matrimonio -compromiso- nada, después del matrimonio -donación-, todo
Más: el sexo es amor y paternidad... o es destrucción, toda la educación sexual se reduce a esto: antes del matrimonio -compromiso- nada, después del matrimonio -donación-, todo. ¿Y si no hay compromiso? Pues si no hay compromiso ni donación, y sí hay sexo, usted es exactamente igual que un animalito.
Claro, que si usted es animalista, seguramente no le importará.