La sombra del adoctrinamiento en los centros educativos es alargada. Se expande en EEUU, Reino Unido, España y ahora en Argentina. Allí la agrupación Madres de Niñas y Adolescentes con Disforia de Género Acelerada (Manada Argentina) pidió en su día reformar la Ley de Identidad de Género para que se protegiera a los menores que desde hace unos años se ven expuestos “a la sexualización y al adoctrinamiento transgénero desde edades muy tempranas, con aval del Estado”, lo que ha llevado “a un porcentaje escandaloso de niñas y adolescentes a terapias hormonales y cirugías de afirmación y reasignación de sexo”.

Su reclamo concreto era “no avalar ni contribuir a la confusión de los menores, producto de su inmadurez, con políticas afirmativas al cambio de género, con la llamada transición social, ni en establecimientos educativos ni en ningún otro ámbito público y/o privado”.

Según infobae, la inmensa mayoría de los casos registrados son de chicas que dicen querer ser varones o sentirse tales. Por ejemplo, sobre 98 casos estudiados por Manada Argentina, 90,8% son mujeres biológicas. Una desproporción que lleva a concluir que son manifestaciones de otro tipo de trastornos. Precisamente, la agrupación se formó en el año 2022 a partir del contacto entre madres y padres que no encontraban “en las tendencias dominantes una explicación lógica al problema que estaban atravesando sus hijas que, de la noche a la mañana, empezaron a decir que eran varones”.

Por otra parte, la agrupación ve positiva la medida del Gobierno Milei de prohibir el lenguaje inclusivo en la Administración, pero pide que las acciones del Ejecutivo contra el adoctrinamiento trans "lleguen a todas las escuelas”.

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